Los inmigrantes en Andalucía buscan en la agricultura "un sector refugio" para tiempos de crisis

El estudio sobre la realidad laboral de los trabajadores extranjeros en la comunidad concluye que solo un 2% ocupa puestos cualificados
Agricultores
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EP/LAMANCHADO
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El número de inmigrantes varones que se dedican a la agricultura creció un 6,5 por ciento entre 2008 y 2009, según se desprende del informe 'La inmigración en Andalucía a finales de 2009: un análisis con datos de la Seguridad Social', realizado por el Centro de Estudios Andaluces, del que se desprende que la crisis económica "ha hecho del agrario un sector refugio", aunque reconocen que, en el caso de las mujeres, "esta incidencia no es significativa".

El documento elaborado por los investigadores José Ignacio García, de la Universidad Pablo de Olavide, y Rocío de la Torre, del Centro de Estudios Andaluces, se ha realizado a partir de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) para el periodo 2008-2009, elaborada por el Ministerio de Trabajo e Inmigración. Se trata de la continuación del mismo análisis que el Centro de Estudios Andaluces ya llevó a cabo para el periodo 2007-2008.

El estudio analiza cómo se distribuye la población de trabajadores inmigrantes, según las distintas nacionalidades, en comparación con la población nativa. De este análisis previo se constata la alta concentración en Almería de varones marroquíes y ecuatorianos respecto al total en Andalucía; en Huelva, destaca la presencia de varones polacos y de mujeres marroquíes, rumanas y polacas; en Málaga, de asiáticos y ciudadanos procedentes de países de la Unión Europea, mientras que escasamente se encuentra presencia significativa de inmigrantes en Cádiz y Córdoba. Por tramos de edades, el grupo más numeroso corresponde al intervalo entre 30 y 44 años, seguido del tramo de 16 a 29 años.

En cuanto a la distribución dentro del régimen de cotización de la Seguridad Social, ésta difiere entre nativos e inmigrantes. La población inmigrante está repartida entre el régimen general, el agrario y el especial de empleados de hogar, mientras que la población nativa se concentra fundamentalmente en el régimen general de la Seguridad Social y en el de trabajadores autónomos, con escasa presencia en los otros dos sectores.

Dentro del sector agrario, se pueden distinguir varios grupos en función de la nacionalidad y del sexo. Así, en torno al 50 por ciento de los trabajadores africanos, rumanos y polacos cotiza en este ámbito, una presencia que, en el caso de las mujeres es más acusada, el 63,7 por ciento de las rumanas y el 68 por ciento de las polacas trabaja en el régimen agrario.

En cuanto a la adscripción al régimen especial de autónomos, destaca entre la población inmigrante la elevada presencia de población asiática y de la UE, con porcentajes muy superiores a los de la población nativa, que representa el 15,5 por ciento, en el caso de los hombres; y el 9,7 por ciento, en el de las mujeres. Por último, en lo referido a los empleados del hogar, las actividades incluidas en este régimen son realizadas prácticamente por mujeres inmigrantes, con mayor presencia de las de origen latinoamericano. CUALIFICACIÓN

Respecto al nivel de cualificación para ambos sexos, el 95 por ciento de los trabajadores está empleados en ocupaciones con niveles de cualificación media-baja y baja. La existencia de trabajadores inmigrantes en empleos con niveles de cualificación elevados en Andalucía es prácticamente inexistente, con un porcentaje que no supera el dos por ciento del total, sin incluir a los procedentes de la UE.

Únicamente, se encuentran algunas ratios más elevados entre la población de trabajadores de países del resto de Sudamérica, para los que el 6,9 por ciento de los hombres y el 4,8 por ciento de las mujeres tienen un puesto de alta cualificación.

El documento también subraya que, por el contrario, el 16,8 por ciento de los trabajadores provenientes de la UE ocupa puestos con niveles altos de cualificación frente al 13,5 por ciento representado por los nativos. Sin embargo, los empleos que requieren una cualificación media-alta presentan un porcentaje similar para ambos grupos. DESEMPLEO

Por otra parte, la incidencia del desempleo entre la población inmigrante en Andalucía varía considerablemente según la nacionalidad. Considerando todo el conjunto, el porcentaje que percibió una prestación por desempleo es, por término medio para el total de hombres, del 21,9 por ciento, cifra similar a la observada para el total de hombres nativos, con el 22,1 por ciento. En el caso de las mujeres, los porcentajes se sitúan en el 15,8 por ciento para las inmigrantes y en el 22,4 por ciento para las nativas.

El estudio compara estos resultados con los obtenidos durante el anterior periodo analizado y demuestra que el incremento de perceptores por prestaciones por desempleo, sobre todo entre el género masculino, ha sido menos intenso en 2009 que en 2008, con una reducción de 41 puntos porcentuales. 8

De cada 10 CONTRATOS, TEMPORALES

Según el tipo de contrato en el mercado de trabajo andaluz, destaca el uso extensivo de los contratos temporales entre la población de inmigrantes, que alcanza el 80 por ciento. Para la población nativa, sin embargo, el uso de esta modalidad contractual no está tan extendido, aunque la tasa de temporalidad supera el 50 por ciento para los hombres y el 58 por ciento para las mujeres.

Respecto al tipo de empresas, la población de trabajadores inmigrantes está mayoritariamente distribuida en microempresas con plantillas de entre uno y diez trabajadores; y pequeñas y medianas empresas, con entre once y 50.

Por último, el informe detecta diferencias salariales "importantes" entre ambos grupos, que aumentan a medida que se elevan los sueldos. "Un alto porcentaje de dicha brecha salarial se puede atribuir a factores relacionados con la presencia de cierta discriminación en los sueldos", ha resaltado.

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