La "falta de rigor" detectada por el Juzgado de lo Penal número 4 de Santander en el listado de los productos sobre los que un conocido centro comercial de Santander sospechaba que hubieran sido robados ha tenido como consecuencia que dos acusados por hurto acabaran siendo condenados sólo por tentativa, al no poderse probar que efectivamente faltaran los objetos cuyo robo se les achacaba.

En consecuencia, el Juzgado de lo Penal número 4 de Santander condena a los procesados, A.M.B. y F.E.L. a 40 días de multa por una falta intentada de hurto, en lugar de los ocho meses de prisión para cada uno, y la indemnización con 1.146 euros al centro comercial.

Los hechos por los que se le acusaba sucedieron en marzo de 2011, cuando los dos condenados fueron vistos entrando en el centro comercial y salir después de estar un minuto dentro, del que faltaban justo después 19 frascos de perfume.

Esto fue a las tres y media de la tarde, y una hora después se les sorprendió volviendo a salir del establecimiento, con dos frascos de perfume dentro de un bolso forrado con un sistema que impedía la activación de los sistemas de alarma.

Según explica la sentencia, en el primero de los incidentes, a pesar de que se comprobó que efectivamente faltaban 19 frascos de productos de perfumería, por valor de 1.146 euros, no hubo testigos del supuesto hurto.

El fallo cuestiona, que pudieran apoderarse de toda esa cantidad en apenas un minuto, algo que califica de "poco probable".

Las empleadas que iniciaron su jornada justo a continuación confirmaron que había 19 "huecos" en las estanterías de la sección de perfumería del centro comercial, pero no comprobaron sí se debía a robo, venta, o roturas o retiradas del producto.

En la lista de productos presuntamente sustraídos que se presentó, no se probó a través de registros informáticos que los "huecos" se debieran a ventas.

Las dependientas relataron que "a veces" no se anotaban las ventas, y que las sustracciones eran frecuentes, por lo que, ante esa "falta de rigor" hace que no pueda descartarse que los productos que faltaban hubieran sido vendidos antes, o robados por personas distintas a los dos acusados.