Efecto colateral

En este XXXI aniversario de Villalar –que conoció días bastante accidentados y maniobras de diversión y enmascaramiento varias– se ha conseguido por primera vez la firma de todos los partidos al pie de un mismo Manifiesto.
Han quedado fuera los «leonesistas», su definición lo exige, y participaron a su manera y en la medida de su pequeñez algunos de esos a que alude el Manifiesto como «brotes de violencia extremista». No suelen ser este tipo de documentos, que han de contentar a todos, textos de mucha originalidad y en éste encontramos, lógicamente, todos los tópicos que cabe esperar. La gran novedad es que el PP, que a pesar de haber gobernado la Comunidad durante la mayor parte de su existencia no lo había suscrito nunca, lo haya hecho esta vez. Sin despreciar los factores personales –carácter dialogante del presidente, etc.– es innegable que el sarampión estatutario de «las realidades nacionales» y otras figuras retóricas ha tenido como efecto colateral esta unidad inédita. Como había dicho Villalba, «Cataluña abre camino».
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