El escritor Alfonso Mateo Sagasta ha puesto al desnudo las razones de humanidad que llevaron al soldado Gonzalo Guerrero a convertirse en un guerrero maya y combatir contra la conquista con la misma fuerza y capacidad militar con que había estado antes al servicio de los españoles.

"Ha sido por amor, y por haber descubierto la humanidad en el otro" que Guerrero, tras ocho años preso de los mayas, se convierte en el jefe de los indígenas, explicó el autor de Caminarás con el sol, su última novela que versa sobre ese capítulo de la historia de la Conquista que, a su juicio, no está claramente documentado en la historia oficial.

En la presentación del libro en la Semana Negra de Gijón, Sagasta explicó la investigación que ha hecho antes de lanzarse a escribir una historia que se presentaba con "muchas aristas" y muy pocas certezas.

Al fin y al cabo "es un novela de ficción" sobre un momento de la historia de "esa gran aventura" que ha sido el descubrimiento y la conquista de América, y por tanto puede haber licencias literarias y alguna que otra especulación.

La acción transcurre en los años 1504, cuando un barco de la flota del conquistador Hernán Cortes naufraga frente a las costas de Yucatán y parte de la tripulación cae prisionera de los mayas.

Entre ellos, Gonzalo Guerrero que años mas tarde va a comandar las huestes de los mayas, ocasionándole graves perdidas de hombres a Cortés en algunas de las batallas que han librado.

Mateo Sagasta se pregunta cuáles fueron las razones para que Guerrero le dijera que iba a quedarse en tierras americanas cuando tuvo la oportunidad de regresar a España.

El soldado español había formado pareja y tenia hijos, una nueva familia en una nueva comunidad en la que se había integrado, y este cambio "solo pudo ser posible al reconocer la humanidad en el otro", en sus antiguos enemigos que lo capturaron.

No ha sido por lo que ahora se conoce como "síndrome de Estocolmo", sino el amor por esa patria que es su nueva familia, lo que hizo a Guerrero decirle que no a Hernan Cortés, ha afirmado el escritor.

La leyenda de Gonzalo Guerrro es la contrapartida de la de Malinche, la indígena que se enamoró del conquistador y sobre la que, según la tradición de los pueblos americanos, ha caído la "maldición" de vivir quinientos años esclava.

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