Según el relato policial, el denunciante contaba en sus archivos con datos personales de alumnos y de sus expedientes académicos.

Una vez detectada la intrusión en el correo electrónico se adoptaron las medidas de seguridad para evitar el apoderamiento ilícito de documentos y datos de carácter confidencial.

Los agentes descubrieron que este joven utilizaba conexiones inalámbricas para acceder de forma fraudulenta y tratar de ocultar así su identidad.

No obstante tras meses de investigaciones finalmente el día 2 de agosto se localizó el lugar de conexión y se procedió a su detención. El joven negó en su declaración tener la intención de apoderarse de datos y exámenes y sólo lo hizo para comprobar las medidas de seguridad adoptadas en los organismos oficiales y académicos.