El grupo de Ecosistemas Mediterráneos de la Universidad de Murcia (UMU) ha estudiado los bosques de sabina mora (Tetraclinis articulata) presentes en la Región, como alerta ante el cambio climático por su sensibilidad a las emisiones, según fuentes consultadas por Europa Press del departamento de Promoción de la Investigación (Prinum), dependiente del Vicerrectorado de Investigación de la institución docente.

En concreto, este estudio ha permitido averiguar que el hábitat potencial de la especie aumenta significativamente en un escenario de emisiones moderadas, mientras que se reduce drásticamente en un escenario de emisiones más acentuadas.

Los bosques de sabina mora encuentran en la Región de Murcia y en Malta sus únicas poblaciones europeas, y el estudio de la UMU constituye la primera evaluación de la respuesta de los bosques de sabina mora frente al cambio climático.

En concreto, el estudio de la UMU en analizar su respuesta frente a los escenarios de emisiones moderadas y emisiones más acentuadas en el futuro cercano de 2020 a 2050, utilizando un modelo climático regionalizado de alta resolución y el modelo de distribución potencial de la especie, en el que destaca la importancia de las precipitaciones de invierno y del número de días de helada.

Los resultados obtenidos apuntan a un marcado aumento del hábitat potencial de Tetraclinis bajo el escenario de emisiones moderadas, en el que se multiplicaría por seis respecto a su extensión actual, con un incremento de su extensión en la costa (su ubicación actual), junto a la emergencia de una nueva zona de distribución en las sierras de interior, situada a altitudes mayores.

En contraste, bajo el escenario de emisiones acentuadas, el estudio añade que se espera una sustancial reducción del hábitat potencial y un cambio drástico de su distribución geográfica, con la emergencia de nuevo hábitat potencial en las sierras de interior y la pérdida total del presente hábitat costero.

En definitiva, el estudio señala que la sabina mora muestra una elevada sensibilidad frente al cambio climático en general y sus distintos escenarios en el futuro cercano, lo que convierte a dicha especie en una excelente indicadora para un sistema de alerta temprana de los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad mediterránea.

Idoneidad de la red natura

Por otra parte, el grupo de Ecosistemas Mediterráneos de la Universidad de Murcia ha evaluado la idoneidad de la actual red de espacios protegidos para proteger el hábitat potencial de Tetraclinis ante la perspectiva del cambio climático, idoneidad que difiere sustancialmente bajo los escenarios manejados.

Así, en un escenario de emisiones moderadas, la red de espacios protegidos parece adecuada dado que tiene lugar un importante aumento del hábitat protegido y la distribución geográfica del hábitat actual y el que cabe esperar con el cambio climático se superponen parcialmente.

Además, el estudio determina que la mayoría de los espacios protegidos que albergarían hábitat están suficientemente próximos entre sí como para permitir la migración de la especie a través de mecanismos de corta distancia.

Así, bajo el escenario de emisiones moderadas, únicamente se requerirían medidas que garanticen la conectividad del paisaje entre tales espacios protegidos.

Bajo el escenario de emisiones más acentuadas, dos espacios del interior, Sierra Espuña y el LIC de Río Mula-Pliego, jugarían un papel clave en la protección de la especie, dado que albergarían buena parte del hábitat potencial de Tetraclinis, cuya extensión total bajo este escenario sería mucho más reducida que la actual.

No obstante, sea en un escenario o en otro, la probabilidad de que la especie alcance tales reservas del interior por migración natural es muy reducida debido a la escasa capacidad de dispersión de la especie y a la inexistencia de solapamiento entre el hábitat actual y el hábitat futuro.

En este contexto, la presencia de una población de la especie en Sierra Espuña, fruto de una repoblación histórica, fuera del hábitat potencial actual pero dentro de su distribución futura bajo el cambio climático, se puede considerar como un experimento no intencionado de traslocación de la especie hacia dicho hábitat futuro, añade.