Los trabajadores de Locsa acuerdan en asamblea "seguir en la pelea" por mantener la factoría y sus empleos

Los trabajadores de Locsa, la centenaria factoría metalúrgica cordobesa que su actual propietaria, la multinacional italoalemana KME, quiere cerrar y prescindir de sus 120 empleados, han decidido este jueves en asamblea "seguir en la lucha" por mantener sus empleos y la actividad productiva de la fábrica, ahora inoperativa por decisión de la empresa.
Asamblea De Trabajadores De Locsa
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EUROPA PRESS
Asamblea De Trabajadores De Locsa

Los trabajadores de Locsa, la centenaria factoría metalúrgica cordobesa que su actual propietaria, la multinacional italoalemana KME, quiere cerrar y prescindir de sus 120 empleados, han decidido este jueves en asamblea "seguir en la lucha" por mantener sus empleos y la actividad productiva de la fábrica, ahora inoperativa por decisión de la empresa.

En declaraciones a Europa Press, el presidente del comité de empresa de Locsa, Francisco Pozuelo, ha explicado que en la citada asamblea de trabajadores éstos han acordado mantener vivo el lema de 'Locsa no se cierra', que ha marcado todas sus movilizaciones desde que el pasado abril KME anunció que iba a cerrar su planta cordobesa, alegando unas pérdidas acumuladas en los últimos cuatro años de 17 millones de euros, que ahora ha elevado a 20, al contabilizar el primer semestre de 2011.

Frente a esto y después de que la empresa presentara un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectaba a toda la plantilla y que la Junta rechazó al no verlo justificado, y tras el anuncio de KME de que instará concurso de acreedores para Locsa, los trabajadores no se van a rendir y, según ha subrayado Pozuelo, van a "intentar meterle el dedo en el ojo a la empresa, usando las leyes".

También piensan aprovechar en su favor "el apoyo incondicional del Ministerio de Industria y de la Junta de Andalucía", pues, según ha recordado el sindicalista, las administraciones públicas están dispuestas incluso "a ayudar económicamente en todo lo posible para continuar la actividad, con un nuevo modelo industrial, sin ningún problema", y los trabajadores utilizarán esa baza y cualquier otra legal que tengan a su alcance, "para parar este envite de la empresa", que la pasada semana despidió a 12 trabajadores y decidió el traslado forzoso de otros once a sus instalaciones de Barcelona.

Frente esta estrategia de KME, los trabajadores de Locsa siempre han destacado que la fábrica cordobesa es viable y rentable a plena producción y que incluso podría generar más empleo, una vez recuperados los clientes y las líneas de distribución de su producción de laminados y derivados de cobre y zinc en cuatro continentes, que KME había desviado en favor de sus factorías de Italia y Alemania, siendo esa la razón por la que la multinacional no estaría dispuesta, según los trabajadores, a dejar Locsa en manos de otro inversor, para que no le haga la competencia.

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