El presidente del Govern, José Ramon Bauzá, ha recibido en audiencia a los miembros de la Asociación de Constructores de Baleares, quienes le han expresado su preocupación por la cuantiosa deuda, cifrada en más de 162 millones de euros por el sector, que mantienen las administraciones de Baleares con las empresas constructoras de las islas.

Al término de la reunión entre el jefe del Ejecutivo y el presidente de la Asociación, Sebastià Pastor, y el director general, Manuel Gómez, este último ha declarado a los medios que Bauzà se ha mostrado dispuesto a agilizar el pago de la deuda, si bien para ello es conveniente que el Gobierno central apruebe el Plan de Saneamiento que debe presentar Baleares con el fin de mostrar una hoja de ruta con la que sanear sus cuentas.

Gómez ha asegurado que la situación de las empresas constructoras en Baleares es "muy, muy, muy dramática", y ha opinado que de cara al futuro habrá que "reconducir" el sector porque los segmentos de vivienda y hoteles están "saturados".

En este sentido, ha apuntado a la inseguridad jurídica como un elemento que genera desconfianza entre los inversores extranjeros, haciéndoles desistir de iniciar proyectos en las islas. Por tanto, otra de las demandas realizadas a Bauzà ha sido que el Govern solucione este obstáculo.

Pese a todo, los constructores han salido "satisfechos" de la reunión y confían que en breve puedan verse los resultados de la acción del nuevo Govern. De los 162 millones de euros de deuda, más de 80 millones están contraídos con el Ejecutivo balear, y el resto es con los consells insulares y ayuntamientos, ha detallado.