Los acusados de guardar armas en zulos en Medina (Valladolid) niegan que fueran suyas o haberlas escondido

Los dos acusados de guardar armas en tres zulos en Medina del Campo (Valladolid), Félix T.S. --conocido como 'El Rifle'-- y Javier L.H, negaron que el armamento fuera suyo, a excepción de dos subfusiles inutilizados que el primero adquirió en Internet, o que hubieran escondido todos los efectos encontrados.
Juicio En La Audiencia Provincial De Valladolid Por Depósito De Armas De Guerra
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EUROPA PRESS
Juicio En La Audiencia Provincial De Valladolid Por Depósito De Armas De Guerra

Los dos acusados de guardar armas en tres zulos en Medina del Campo (Valladolid), Félix T.S. —conocido como 'El Rifle'— y Javier L.H, negaron que el armamento fuera suyo, a excepción de dos subfusiles inutilizados que el primero adquirió en Internet, o que hubieran escondido todos los efectos encontrados.

Los acusados se sentaron este lunes en el banquillo de la Audiencia Provincial de Valladolid para responder de sendos delitos de depósito de armas y explosivos encontrados en tres zulos que se hallaron en el entorno de Medina del Campo, que contenían numeroso armamento —una veintena de armas—, abundante munición y placas falsas y vestimenta de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, entre otras cosas.

Sin embargo, sólo Félix T.S. reconoció como suyos dos subfusiles que compró a través de Internet y que estaban inutilizados, mientras que negó saber que el resto de armas se encontraban allí. El acusado explicó que el día 8 de octubre de 2009 se encontraba en un restaurante situado en la carretera de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca) en compañía de Javier y un ciudadano rumano, Costel P, cuando alguien les disparó desde el exterior y se presentó la Policía, que les tomó declaración.

El acusado negó que después acudiera con Costel a recoger tres armas a uno de los escondites y que éstas estuvieran en la casa cuando salió de la vivienda antes de ser detenido al día siguiente.

Se da la circunstancia de el tiroteo es el punto de partida de las investigaciones que llevó a cabo la Policía Nacional y que concluyeron con la detención de los dos acusados y el descubrimiento de los tres zulos, hasta los que fueron conducidos por Costel P, que no compareció a declarar como testigo, ya que no fue detenido en su día a pesar de que fue él quien indicó los lugares en los que se encontraban las armas.

Félix T.S. aclaró que Costel, junto a su esposa, vivía en una de las dos viviendas de la finca que él tenía en la urbanización 'La Aceitera', donde se quedaron incluso cuando viajó a República Dominicana.

Esta versión fue ratificada por Javier L.H, quien aseguró que Félix le ofreció quedarse en su casa cuando sus padres le echaron de la vivienda familiar y, a cambio, él le ayudaba con el cuidado de los animales que tenía en la finca. De esta forma, compartió con Costel durante dos meses la vivienda más pequeña que se encontraba en el terreno de Félix, que ocupaba otra más grande junto a sus hijas.

El acusado también indicó, en referencia a Costel P, que había dicho en alguna ocasión que podía conseguir "lo que quisiera" y añadió que cuando volvió a la finca en la que ambos vivían después de las detenciones faltaban cosas, entre ellas las grabaciones de las cámaras de vigilancia, móviles, un GPS y "algo más". En respuesta a las preguntas de las partes, añadió que creía que Costel había estado allí porque además tenía un perro que le había regalado Félix y tampoco estaba.

Miedo a ser "asesinado"

Precisamente Costel P. no compareció en el juicio, por lo que en la vista se leyó su declaración, que realizó al día siguiente del tiroteo, en la que puso de manifiesto que trabajaba como "guardaespaldas" de Félix, de quien temía que pudiera matarle por no haberle defendido un día antes.

Costel P. aseguró que Félix, tras volver de República Dominicana, dijo que había tenido un problema y pidió que cogieran del domicilio las armas, que poseía porque "tenía muchos enemigos, y las enterraran en los pinares, algo que hicieron los tres. En su declaración afirmó que nunca había visto que los acusados traficaran.

A lo largo de la vista declaró más de una decena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que ratificaron que fue Costel P. quien acudió a primera hora del 9 de octubre de 2009 y, por "miedo a ser asesinado" por Félix por no haberle defendido el día del tiroteo, aseguró que conocía dónde estaban los zulos y acompañó a los funcionarios para descubrir las armas.

El individuo, que tenía pendientes reclamaciones de dos juzgados pero que no fue detenido por estos hechos, sólo indicó dónde estaba el primero de los escondites y se negó a facilitar más información hasta que detuvieran a Félix, según el testimonio de los agentes.

Los dos acusados se enfrentan a penas que suman 26 años de prisión por un delito de depósito de armas, por el que se solicita para cada uno de ellos siete años, y otro de depósito de explosivos, por el que el Ministerio Público pide seis años de cárcel. Frente a ello, las defensas piden la absolución al considerar que no tenían nada que ver con las armas hasta las que Costel P. condujo a la Policía.

Los dos individuos fueron detenidos en octubre de 2009 después de que la Policía Nacional localizara los tres zulos en pinares próximos a Medina del Campo (Valladolid) donde se ocultaban una veintena de armas y abundante munición con las que la Policía considera que se abastecía a diferentes delincuentes comunes de la zona. Además, en la operación se intervinieron placas falsas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, entre otros efectos, algunos de los cuales estaban en bidones.

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