El Grupo de Estupefacientes de la Brigada Judicial del Cuerpo Nacional de Policía ha desmantelado en el transcurso de un mes, dos redes de distribución y un punto negro de venta de heroína en Santander.

Una de las redes tenía ramificaciones en Soto de la Marina, Liencres y Prezanes.

La primera de las actuaciones se remonta al pasado día 10 de junio, cuando se detuvo a un hombre de origen africano, detenido en las proximidades de su domicilio en Antonio López tras haber efectuado una transacción.

Allí se le intervinieron nueve envoltorios de heroína, y en el posterior registro domiciliario se le incautan 680 EUROS procedentes del ilícito tráfico y otra pequeña cantidad de esta droga.

La segunda intervención se llevó a cabo en la tarde del pasado día 22 de junio, en la que fueron detenidos un hombre de 53 años de edad, como principal dirigente de una pequeña red de tráfico de heroína que abastecía a zonas limítrofes de Santander -Prezanes, Liencres y Soto de la Marina- y en la propia ciudad; así como su más directo y principal colaborador, de 43 años.

Los dos venían siendo investigados desde el mes de febrero del presente año, por su vinculación con la distribución de esta droga a varios consumidores que ejercían también como pequeños traficantes, actividad con la que se financiaban su adicción.

Los investigadores de la Policía Judicial, decidieron practicar la detención de ambos aprovechando el regreso de un viaje realizado al poblado de la Cañada Real de Madrid, en donde habrían adquirido una nueva partida.

Tras la detención, se les registró el domicilio, donde se incautaron distintas sustancias, armas y cantidades económicas, hasta 22.000 euros.

Por último, efectivos del mismo Grupo de Estupefacientes culminaron el pasado día 06 de Julio otra investigación iniciada a finales del mes de mayo, referida a tráfico de heroína, por parte de otra red que operaba y distribuía esta sustancia en la ciudad de Santander.

En este caso su principal dirigente, de 52 años de edad, elegía establecimientos de hostelería concurridos de la zona centro de la ciudad, o bien las proximidades de un Centro de Salud cercano al Ayuntamiento.

Los investigadores de la Policía Judicial detectaron que él y un colaborador habían podido desplazarse a un país centroeuropeo, para adquirir droga.

Por este motivo, los funcionarios del Grupo de Estupefacientes, establecieron un dispositivo policial permanente en la frontera de Irún (Guipúzcoa) y en otra localidad de Vizcaya, con el objeto de detectar el regreso de ambos a España, siendo detenidos en el distribuidor de La Marga.