La activista camboyana Somaly Mam ha recibido este viernes el XIII Premio de Cooperación Internacional de CajaGranada en reconocimiento a su lucha por la defensa de los derechos de las mujeres, un galardón que ha dedicado a todas las jóvenes a las que ha podido "salvar" de la explotación sexual, a las que no ha podido y a las que salvará. "Ellas —ha dicho— son mi inspiración cada día".

Mam, nacida en Camboya en 1970, ha ofrecido tras recibir el premio un desgarrador testimonio sobre su vida y los caminos que le llevaron a fundar en 1997 la Asociación Acción por las mujeres en situación precaria (Afesip), para la que irá destinados los 50.000 euros con que está dotado el premio.

Esta organización trabaja en Camboya, Tailandia, Vietnam y Laos para reintegrar socialmente a las víctimas de explotación sexual. Hasta la fecha, más de 7.000 mujeres han podido ser rescatadas de esta lacra gracias al trabajo de Mam y su equipo, aunque ella ha asegurado que parte de la culpa de este éxito la tiene España, el primer país que reconoció su labor al concederle en 1998 el Premio Príncipe de Asturias.

Ante un auditorio expectante, Mam ha relatado que de niña fue abusada, violada, vendida y recluida en diversos burdeles, obligada a ejercer la prostitución. Sufrió abusos y violencia, físicos y psicológicos, que le dejaron una huella indeleble que nunca ha conseguido eliminar. "Me sentía muerta por dentro", ha asegurado.

En 1991, y tras presenciar el asesinato de su mejor amiga, se da cuenta de que debe escapar y consigue salir de ese mundo marginal. A partir de ahí centra su vida en ayudar a mujeres que han padecido lo mismo que ella dado que, según ha mantenido, era la única manera de poder ayudarse a sí misma.

A medida que, con su acción, Somaly y su equipo iban cosechando éxitos, las presiones y amenazas, que incluyeron el secuestro de su hija durante 24 horas, aumentaron. Aún así, ha explicado que aunque a veces estuviera aterrada y sintiera ganas de dejarlo todo, siguió perseverando en su trabajo como presidenta de Afesip, donde no sólo se libera a las mujeres de los burdeles -la última rescatada tenía tres años— sino que se les presta ayuda médica y psicológica y se les enseñan tareas manuales, como peluquería y confección, permitiéndoles independizarse económicamente y alcanzar una vida digna y en libertad.

Premio cajagranada

Por su parte, el presidente de CajaGranada, Antonio Jara, ha destacado que este premio representa un especial orgullo porque es, quizá, "uno de los que mejor y con más propiedad evidencia la identidad y la verdadera razón de ser de esta entidad". "Y este año lo es especialmente porque la galardonada es Somaly Mam, una mujer cuyo esfuerzo y compromiso es compartido plenamente por todos nosotros. Nuestra entidad se siente compañera de viaje de quienes, premiados o no, empeñan su trabajo en la defensa de la vida, la dignidad y la libertad de los seres humanos", ha afirmado.

Según ha relatado, CajaGranada tiene el firme compromiso de seguir colaborando en la lucha contra el tráfico de seres humanos. Para ello, va a establecer un acuerdo de colaboración con la Universidad de Granada que, a través del proyecto DNA-PROKIDS, orientado al desarrollo internacional de un programa de identificación genética de las víctimas del comercio internacional de seres humanos y sus familiares.

El Premio CajaGranada a la Cooperación Internacional está representado por una escultura original, elaborada en bronce con baño en oro, y su autor es el artista granadino, José Manuel Darro. Esta obra denominada Origen de Luz, que en cada edición recibe el premiado, representa la esperanza surgida de la solidaridad entre las personas y la cooperación entre todos los pueblos del mundo, según la definición del propio autor.

El primer Premio a la Cooperación Internacional se concedió en 1998 a Emma Bonino, Comisaria Europea de Ayuda Humanitaria. En su segunda edición, en 1999, se concedió a la Plataforma Granada por Kosovo. El tercer Premio a la Cooperación Internacional, en 2000, correspondió al sociólogo Sami Naïr.

En 2001 se reconoció con esta mención a Muhammad Yunus, creador de los microcréditos mientras en 2002, el galardonado fue el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo. En 2003, el cantante brasileño Carlinhos Brown, en 2004, María Nowak, principal impulsora de los microcréditos en Europa; correspondiendo en 2005 a las Carmelitas Misioneras, en 2006 a Federico Mayor Zaragoza, en 2007, a las Misiones de Paz de las Fuerzas Armadas Españolas, en la edición de 2009 a los escritores José Saramago y Darío Fo, y en la pasada edición 2010, a la Fundación Vicente Ferrer.