Los libros electrónicos de texto no cuajan en las universidades

  • Los estudiantes agradecen los libros en formato digital para consultas o lecturas rápidas, pero aún hoy siguen estudiando en las versiones en papel.
  • La poca demanda y las pocas empresas que fabrican e-books impiden a las editoriales universitarias avanzar en su producción.
Algunos estudiantes en una biblioteca.
Algunos estudiantes en una biblioteca.
EP
Algunos estudiantes en una biblioteca.

"Los estudiantes agradecen los libros en formato digital para consultas o lecturas rápidas, pero aún hoy siguen estudiando en las versiones en papel". Esta es una de las conclusiones del encuentro sobre libro electrónico que, organizado por la Unión de Editoriales Universitarias (UNE), ha reunido en Madrid a cerca de ochenta editores universitarios. En la cita han participado, además, expertos de Google Books, Publidisa, Grammata, Neturity-Dilve o Comuniza.

El mercado no está maduro, "desde el punto de vista de la demanda y de los proveedores que ofrecen servicios para la creación de estos libros digitales", asegura Lluís Pastor, director de la Editorial UOC (Univessitat Oberta de Catalunya) y organizador del encuentro.

Los editores universitarios consideran que el avance de la edición digital debe ir parejo al desarrollo de los dispositivos de lectura y de la mejora de las conexiones a Internet, de tal modo que la política de pago por descarga se pueda complementar con la de pago por acceso.

Los libros electrónicos todavía son un porcentaje pequeño de las ventas, pero abren un panorama nuevo no solo en cuanto a los formatos, sino a la actividad misma que desarrollan estos servicios universitarios.

Más baratos que en papel

Las editoriales universitarias simultanean la publicación de libros en papel y digitales, dependiendo del tipo de lectores. Coinciden en que la producción de los nuevos libros tiene que pasar por formatos en XML, una marcación neutra de carácter técnico, para posibilitar la creación posterior de la obra en múltiples formatos.

En cuanto a los precios, están de acuerdo en que los libros electrónicos deben ser más económicos que los de papel, lo que significa reestructurar los márgenes de los distribuidores.

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