El escritor murciano Jerónimo Tristante ha presentado este miércoles en Barcelona su nueva novela, 'El valle de las sombras' (Plaza Janés), en la que relata una historia de reconciliación, ambientada en la construcción del Valle de los Caídos, que demuestra que "la amistad se sobrepone a las ideologías".

La novela arranca tras la Guerra Civil, cuando un antiguo policía de la República, José Antonio Tornell, llega preso al paraje madrileño de Cuelgamuros, donde el general Francisco Franco quiere construir un gran mausoleo para ser enterrado junto a los fallecidos durante el conflicto.

Para acelerar las obras, que se habían convertido en una obsesión, Franco decidió emplear a prisioneros republicanos, ofreciéndoles conmutar parte de la pena que se les había impuesto a cambio de trabajar para el régimen: "La idea de redención de la pena a cambio de trabajo fue clave para la rendición total", ha asegurado Tristante en una entrevista a Europa Press.

Ha asegurado que los vencidos estaban desesperados en las cárceles, donde las condiciones de vida eran inhumanas, por lo que preferían ir a trabajar en condiciones de "semi-esclavitud", porque como mínimo podían estar al aire libre y comer un rancho decente.

"En el Valle de los Caídos colaboraban tanto hombres libres, que tenían que ganarse la vida, como presos. Esa presencia de obreros hizo que la disciplina fuera más laxa y atenuó la brutalidad que solían utilizar los vigilantes", ha explicado Tristante, que ha denunciado que hubo empresas que se lucraron con este sistema de trabajo de presos.

El escritor es muy crítico con el régimen franquista y la forma en que explotó a los trabajadores no sólo en la construcción del mausoleo para Franco, sino en la reconstrucción de todo el país.

Sin embargo, 'El valle de las sombras' arroja una cierta esperanza a la historia porque demuestra que, en la adversidad, los hombres se ayudaban independientemente de sus ideologías y su pasado.

Lo hace mediante el relato de la colaboración entre el policía "rojo" Tornell y un héroe sangriento y despiadado del ejército nacional, Roberto Alemán, que aunque al principio se miran con odio y recelo, deben ayudarse mutuamente para resolver un misterioso asesinato en el valle.

Todas estas aventuras detectivescas se ven envueltas por los recuerdos de una guerra que, según el autor, saca lo peor y lo mejor de las personas: "La República tenía la razón, sin ninguna duda, pero también es cierto que en el bando republicano, como en el nacional, se cometieron errores", ha reconocido.

Además, se retrata la figura de Franco, que es definido como "un dictador, una persona gris y sin don de gentes que, sin ser inteligente, fue suficientemente listo para alargar la guerra y conseguir que el bando republicano se muriera de hambre".

La situación actual del valle

Tristante tiene una idea muy clara sobre qué se debe hacer con el Valle de los Caídos, y ante las voces que dicen que debería destruirse, él aboga por la construcción de un centro de interpretación histórica adyacente al mausoleo.

"Ese monumento no nos gusta a ninguno pero tiene que ayudar a recordar y a entender", ha asegurado destacando que allí reposan los restos, no sólo de Franco y de los caídos en el bando nacional, sino también los de miles de obreros republicanos y cuerpos sin identificar que fueron asesinados en las cunetas.

Pese a las diferencias ideológicas que separan actualmente a España, Tristante ha afirmado que ya no es un país dividido porque no vive en el 'frentismo', aunque ha despreciado a algunos partidos por "intentar arañar votos a costa de los muertos de la Guerra Civil".