El publicista Bartolomé Morey, imputado en el marco del caso Ibatur, ha manifestado ante el juez instructor que, si bien los proveedores del Instituto Balear de Turismo no comentan si pagan o no comisiones, cree que se trata de una práctica "generalizada", y ha reafirmado en este sentido que él mismo abonó durante la última legislatura del PP (2003-2007) este tipo de pagos irregulares a los ex gerentes de la empresa pública Juan Carlos Alía y R.A., también encausados.

Durante la declaración que ha prestado ante el titular del Juzgado de Instrucción número 2, Juan Ignacio Lope Sola, el ex propietario de la empresa Comunicación Creativa ha recordado, tal y como ya admitió en dependencias de la Policía Nacional tras ser detenido así como en su anterior comparecencia ante el magistrado, llegó a entregar un 10 por ciento de comisiones a Alía y entre un 2 y un 3 por ciento a Alabern, su sucesor en el cargo.

Unas acusaciones a raíz de las cuales el juez decretó el 17 de julio de 2010 el ingreso en prisión sin fianza de Alía, quien, sin embargo, salió de la cárcel tres meses después tras abonar la fianza de 150.000 euros que finalmente acordó el juez para el imputado, asistido por el letrado José Ignacio Herrero.

Según ha puesto de manifiesto, desde que el ex gerente entró en la cárcel no ha vuelto a hablar con él aunque ha apuntado que cuando estaba en prisión provisional, Alía trató de presionarle para que modificase sus afirmaciones contra él. "Yo era el único que podía sacarle de la cárcel", ha aseverado al respecto, precisando que fue a través del móvil y amigos como Alía intentaba ponerse en contacto con él. Así, al ser preguntado por si entendió que estaba siendo "chantajeado" para cambiar su versión de los hechos, ha manifestado que se lo "imaginaba".

Durante su deposición, que ha coincidido con la nueva fase policial abierta en el marco de este caso y en la que han sido arrestadas seis personas, entre ellas el ex conseller de Turismo Miquel Nadal, ha recordado que comenzó trabajando para el Ibatur sin pagar comisiones y fue a partir del año transcurrido cuando se las pidieron, especificando que las entregaba en efectivo dentro de un sobre.

Es más, el empresario ha recordado que después de que Alía abandonase en 2004 su cargo en el Ibatur -a raíz de los gastos cargados a la empresa en el club de alterne Rasputín durante un viaje promocional del Govern balear a Moscú, tras lo cual fue sustituido por Alabern- continuó trabajando con él.

"me daba miedo dejar de trabajar si dejaba la relación con alía"

"Me dijo que montaría una empresa, buscaría clientes y me los traería, y le pagaría una comisión", mientras que las de Ibatur "se las tenía que seguir pagando", ha explicado Morey, reconociendo que estaba interesado en seguir colaborando con Alía ya que le seguía "compensando". Es más, ha hecho hincapié en que le daba "miedo" que si cortaba la relación con él, dejaría de trabajar con el Ibatur. "Así lo entendía", ha espetado.

Cabe recordar que el caso Ibatur se inició en febrero de 2009 con la primera detención de Bonet, quien no sólo reconoció entonces haber defraudado a las arcas públicas 20.000 euros mediante contratos irregulares entre 2006 y 2007 a una familiar nonagenaria, motivo por el cual fue arrestado, sino que confesó además haber hecho lo mismo en seis ocasiones más con otros tres o cuatro familiares haciéndolos pasar por proveedores y malversando hasta un total de 85.000 euros, la misma cantidad que le fue impuesta como caución para evitar su ingreso en prisión.

Mientras tanto, diversos oficios policiales incluidos en esta compleja causa reflejan que el Ibatur efectuó entre 2005 y 2007 un continuo fraccionamiento de contratos para que pudieran ser adjudicados de forma directa, una fórmula "habitual" de la que se habrían visto favorecidas unas 70 empresas.