La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) ha avalado el despido del MIR que apuñaló a una compañera en el Hospital Universitaria 'Marqués de Valdecilla', considerándolo procedente, frente al criterio del Juzgado de lo Social número 5 de Santander, que sostenía lo contrario en una sentencia que ahora anula este órgano judicial.

Todo parte de la condena a dos años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa —la víctima sobrevivió al ataque— a I.R.M., a quien no obstante se le apreció como circunstancia eximente la alteración psíquica que tenía, ya que padecía un trastorno de personalidad y días atrás había advertido de que temía no poder aguantar la situación del servicio al que estaba adscrita, descrita en la sentencia como "desbordante".

A consecuencia de esa sentencia, el Gobierno de Cantabria le comunicó al condenado su despido, de carácter disciplinario, alegando las ofensas físicas a otros trabajadores —posibilidad que recoge el Estatuto de Trabajadores—.

El MIR reclamó contra ese despido, basando su petición en que la eximente de alteración psíquica reconocida por los tribunales implicaba la "inexistencia" de una actuación voluntaria en estos hechos.

Esta solicitud fue rechazada por la Administración, en una decisión que el condenado llevó a los tribunales, en este caso, al Juzgado de lo Social, que sí considero que el MIR no era dueño de sus actos.

El TSJC replica a este órgano que la eximente, incompleta —esto es, que no supone absolución de los cargos—, ni tiene "efecto positivo" sobre estos hechos, pues se trata de un procedimiento distinto, con otras partes implicadas.