La Junta protege como monumento la Iglesia Inacabada de Castaño del Robledo

El inmueble, que data de finales del siglo XVIII, tiene la singularidad de mostrar directamente el proceso de su construcción al quedar inconcluso
Exterior De La Iglesia Inacabada De Castaño Del Robledo
Exterior De La Iglesia Inacabada De Castaño Del Robledo
EP/JUNTA DE ANDALUCÍA
Exterior De La Iglesia Inacabada De Castaño Del Robledo

El Consejo de Gobierno de la Junta ha acordado inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Monumento, la Iglesia Inacabada de Castaño del Robledo (Huelva). Al permanecer inconcluso, este templo de finales del siglo XVIII presenta la singularidad de mostrar directamente los procesos de construcción de la arquitectura neoclásica y barroca.

La denominada Iglesia Inacabada, Nueva o del Cementerio, comenzó a construirse en 1788, coincidiendo con un momento de notable crecimiento poblacional en Castaño del Robledo. El arquitecto maestro mayor del Arzobispado Hispalense, José Álvarez, determinó las líneas maestras de la edificación, que después interpretaron y ejecutaron los maestros Antonio Matías de Figueroa y Alonso Sánchez.

Las obras quedaron interrumpidas en 1794 por la falta de recursos económicos y por las discrepancias entre el Ayuntamiento y el Arzobispado. Ello permite apreciar de forma directa en la propia fábrica cómo se sucedieron las labores constructivas. Este proceso también se puede conocer a través de los planos originales dibujados directamente sobre los paramentos revocados del interior del edificio, que ayudaban a organizar los trabajos a pie de obra y que han quedado como testigos de las técnicas empleadas por los arquitectos y maestros albañiles de la época.

El edificio, de carácter exento, fue construido con rigor neoclásico aunque con la pervivencia de ciertos rasgos barrocos. De haberse concluido, podría considerarse un destacado ejemplo de la arquitectura andaluza de transición del Barroco al Neoclasicismo. De planta rectangular y con una superficie construida aproximada de 900 metros cuadrados, su interior carece de pavimento y se organiza mediante una única nave cubierta por bóveda semicircular con arcos fajones y cinco capillas en cada lateral comunicadas entre sí mediante pequeños arcos, además del crucero, la capilla mayor y la sacristía.

Seis tramos

La nave se divide mediante arcos en seis tramos, dos de los cuales han estado sin cubrir hasta la restauración de la arquitecta Alicia de Navascués Fernández-Victorio, acometida a principios de la década de 1990. En el interior destacan también las pilastras toscanas adosadas a los pilares cruciformes, el entablamento que recorre la nave y el crucero de neta tradición neoclásica.

La iglesia posee tres suntuosas puertas de acceso, la principal situada a los pies del edificio y las otras dos en el centro de los muros laterales. En la decoración de estas portadas es donde mejor se aprecia la pervivencia del gusto barroco como resistencia hacia las nuevas formas más austeras y simples del Neoclasicismo. La torre se sitúa a los pies de la nave, presenta planta cuadrada e igualmente se encuentra inconclusa, pues tiene construida tan sólo su caña.

Entre mediados del siglo XIX y la década de 1950, el edificio se utilizó como cementerio y se construyeron nichos en las capillas laterales y enterramientos en el suelo. Actualmente, su principal función es servir de espacio para actividades culturales.

Dada su ubicación dentro del Conjunto Histórico de Castaño del Robledo, el decreto de inscripción en el Catálogo General de Patrimonio Histórico no delimita una zona de protección en torno al monumento. El casco urbano de esta localidad onubense cuenta con otro destacado templo que fue declarado Bien de Interés Cultural en 2008; la Iglesia de Santiago el Mayor, construida entre los siglos XVI y XVIII.

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