El presidente de la Asociación de Sociedades Españolas Concesionarias de Autopistas, Túneles, Puertos y Vías de Peaje (ASETA), José Luis Feito, ha opinado este martes que el Gobierno de España ha hecho el "ridículo" con la implantación del límite de 110 kilómetros por hora en las autovías y ha asegurado que el ahorro energético alcanzado mientras ha durado la medida se debe en su mayor parte a un descenso del tráfico por la crisis económica.

Feito, que participa esta semana en el encuentro 'La Euroviñeta en España y en Europa: estado de la cuestión', en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), ha tachado la medida de "festiva y estrafalaria", y ha insistido en que el ahorro es fruto de la crisis económica, que "ha hundido el tráfico".

Según dice, los conductores no han dejado de consumir energía sino que, en un "90 por ciento", han dejado de circular. A su juicio, esta caída del tráfico, que se ha producido en los últimos tres meses, ha supuesto "la totalidad o casi el total del ahorro energético" que se haya podido producir.

Es más, Feito asegura que el Gobierno de España se ha dado cuenta del "ridículo que ha hecho" con esta medida, que no tenía "sentido" tomar en medio de la crisis, y que era "falso" que se fuese a ahorrar energía, y por ello, ahora vuelve hacia atrás y a partir del 1 de julio se podrá volver a circular a 120 kilómetros por hora.

En palabras del presidente de las empresas concesionarias de autopistas, el límite de 110 kilómetros por hora "ha deprimido el tráfico" y "la actividad económica", porque "la velocidad con la que se circula por las carreteras de un país tiene mucho que ver con la actividad económica". Así, asegura que está demostrado que "cuanto más lento se va, más tiempo se pierde en transacciones económicas", un hecho que repercute en "pérdidas significativas de PIB".

Por ello, ASETA propone que el límite de velocidad de las autopistas se eleve por encima del de las autovías, porque, según varios estudios propios, la velocidad "no aumenta los accidentes sino que los reduce", y si esta medida se instaurase, el tráfico de las autovías y carreteras nacionales, que están "más congestionadas" y son "menos seguras", lo "absorberían" las autopistas.

Activar la economía y reducir accidentes

Según Feito, el hecho de aumentar el límite de velocidad de las autopistas, al menos a 130 kilómetros por hora, no sólo podría "activar la economía del país" sino que ayudaría a "reducir sustancialmente los accidentes", que se producen "casi en el 100 por 100" en autovías y carreteras nacionales.

Por eso, ASETA considera que "lo ideal" tanto para reducir los accidentes como para estimular la actividad económica sería "establecer límites diferentes según la congestión y la seguridad de las carreteras".

Feito ha destacado que "lo más importante" sería "la regulación del tráfico" de las vías congestionadas y menos seguras, como son las carreteras nacionales y las autovías en las que normalmente se producen los accidentes de tráfico, a las autopistas, que por la crisis económica están "muy poco congestionadas" y son "infinitamente más seguras" y en las que "las tasas de accidentalidad y mortalidad están cercanas a cero".

A este respecto, Feito ha destacado que ésta es una medida que debería tomar el Gobierno de España "si de verdad se preocupase por los accidentes de tráfico", ya que las muertes en carretera "dependen mucho menos de la velocidad de lo que la gente cree", y dependen "mucho" de "la varianza de la velocidad", es decir, de la diferente velocidad a la que circulan los vehículos por una misma carretera, lo que hace que las autopistas sean "más seguras" porque la velocidad de los vehículos es "muy similar".