Cuando actuar es una aventura

  • Las series de acción y aventuras se han multiplicado en la parrilla televisiva.
  • Estas ficciones exigen a los actores un trabajo extra, preparación física y concentración que hacen que su labor se complique.
Pilar Rubio, en un descanso de rodaje de la serie 'Piratas', de Telecinco.
Pilar Rubio, en un descanso de rodaje de la serie 'Piratas', de Telecinco.
TELECINCO
Pilar Rubio, en un descanso de rodaje de la serie 'Piratas', de Telecinco.

Actuar puede parecer un trabajo sencillo, incluso apetecible, visto desde fuera, con el boato, la fama... Pero es una profesión exigente, sobre todo, cuando el papel exige rodar escenas de acción. Son los rodajes más exigentes, en los que hay que combinar la interpretación con las artes marciales, la esgrima o la hípica... y salir ileso.

Piratas (Telecinco), Águila Roja (La 1), Hispania (Antena 3), En Tierra de Lobos (Telecinco)... las series de aventuras y acción se han multiplicado en la parrilla televisiva española, exigiendo a varias generaciones de actores ponerse al día con su forma física.

Carlos Portela, productor ejecutivo y creador de la serie Piratas, de Telecinco (este lunes se emite el final de temporada, 22.45 h) asegura que cuando un actor se enfrenta a una escena de acción puede resultar agotador repetir una escena varias veces, aunque "lo más difícil mantener la concentración y no olvidar ni un solo paso de las coreografías o de los elementos externos que intervienen en una escena de acción".

Pero eso no libra a los actores de su trabajo interpretativo primigenio: "Están interpretando un personaje y hay un texto que decir. Aunque lo pueda parecer, fácil no es", asegura Portela.

En esa línea opina Gregory Brossard, jefe de especialistas de la serie Águila Roja, de La 1, y responsable de Mad Spec, empresa dedicada a los especialistas de cine. Los actores, dice, "se tienen que acostumbrar, porque cuando no están a gusto en una escena de acción actúan como novatos, pierden la parte interpretativa".

Y es que no se trata de llegar y ponerse a dar patadas y a danzar con un sable en la mano. Las destrezas necesarias para los rodajes de acción se aprenden. Antes de comenzar la serie, los intérpretes reciben clases de esgrima, de artes marciales, de manejo de armas, de dominio de caballos... "Algunos se prestan más al juego que otros, hay quienes están en mejores condiciones físicas y otros a los que les cuesta más vencer el miedo… En general cuando se trata de hacer un proyecto así los actores se entregan y se esfuerzan", asegura Brossard.

"Hoy en día la mayoría de los actores, sobre todo los jóvenes, saben que la imagen es vital y se suelen encontrar en una muy buena forma física", asegura Portela, que sin embargo, advierte de que eso puede no ser suficiente: "Pilar Rubio, Óscar Jaenada y Octavi Pujades están en muy buena forma, pero tuvieron que realizar un trabajo extra, porque sus personajes tenían una mayor carga de acción", explica el productor.

Eso implica más trabajo. "Les exige (a los actores) un mayor volumen de trabajo, pues a los ensayos normales para memorizar texto y afinar la intención, hay que sumar la preparación de las coreografías o el aprendizaje del manejo de armas, explosivos e, incluso, el trabajo con animales", explica Portela que, sin embargo, asegura que los intérpretes lo agradecen: "Al contrario, querían hacerlo todo y pedían más escenas de acción".

"Ahora me doy cuenta de la dureza y el trabajo que supone una escena de acción de veinte segundos", explicaba en una entrevista David Janer, protagonista de Águila Roja.

Plus de interpretación

Una vez entrenados, montar una escena de acción añade todo tipo de complicaciones a un rodaje. Los actores deben ejecutar una coreografía a la vez que dicen su texto y le dan el dramatismo propio del papel, y todo eso, mientras manejan un caballo o se reparten mandobles. La concentración es primordial para evitar incidentes.

El jefe de especialistas de Águila Roja recuerda que "son secuencias de riesgo y aunque lo minimizamos, siempre hay un mínimo. Montando a caballo te puedes caer, por ejemplo, nunca hay riesgo cero". Eso supone otra carga para los actores, ya que "con una espada no te puedes despistar porque en seguida puedes darle a tu compañero", hace ver Brossard.

De hecho, en los rodajes en ocasiones ocurren pequeños incidentes. Portela cuenta que en una ocasión durante la grabación del abordaje del primer capítulo, "Pilar Rubio se lastimó en la cara intentando no herir a un compañero. De repente, comenzó a sangrar abundantemente y todos nos llevamos un gran susto. Afortunadamente no fue nada y a los pocos minutos estaba otra vez sable en ristre y peleando".

Pero no es la única: Hovik Keuchkerian, de Hispania, se lastimó un pie con un montón de troncos que empujaba en una escena y los hematomas y pequeños cortes son el pan de cada día en este tipo de rodajes, aunque por lo general, son especialistas los que llevan a cabo las escenas más arriesgadas.

En ocasiones, esos incidentes o los prejuicios o temores previos pueden hacer que un actor no se enfrente con buen ánimo a una secuencia. Cuando eso ocurre, sólo queda la psicología. "Ha habido casos de tener actores con miedo a los caballos y estar hablando media hora con ellos para que volvieran a intentarlo", explica el entrenador Gregory Brossard.

Y sin embargo, el de acción y aventuras es un género que engancha a los intérpretes. "Los actores que han empezado a tocar la acción no suelen parar. En La princesa de Éboli Belén Rueda se lo pasó tan bien con las espadas que sospecho que no rechazará un papel de acción", rememora Brossard.

"Algunos, por edad o por tener familia, no tienen ganas, pero hay muchos actores que siguen dando clases de artes marciales o vienen a entrenar con nosotros para seguir formándose", explica el jefe de especialistas.

Coste de producción

Otro peso cae sobre las espaldas de los actores que se enfrentan a papeles de acción: el dinero. Y es que una escena de acción supone un gran coste de producción, hay que hacerlo bien, en ocasiones, a toma única. Cada capítulo de la serie Piratas ha costado una media de 600.000 euros.

Además, todo un equipo depende del protagonista, de su trabajo. Para Águila Roja se han empleado tres platós de televisión, la reproducción de una calle del siglo XVII, 3.500 figurantes y otros 150 actores de figuración especial y localizaciones en exteriores en una decena de pueblos y ciudades españolas.

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