Una mujer, nacida en el Hospital Provincial de La Merced en noviembre de 1955, ha iniciado la búsqueda de su familia biológica tras sospechar que podría haber sido robada nada más nacer durante la época del franquismo.

Según han indicado a Europa Press fuentes del entorno de esta persona, ésta, que se considera víctima de los casos de niños robados durante la dictadura franquista, ha iniciado la búsqueda de documentos para conocer su verdadera identidad en el caso de que fuera distinta de la actual e incluso se está planteando denunciar estos hechos ante la Fiscalía Provincial.

Esta persona, quien no ha querido desvelar su identidad, se enteró de que había sido adoptada y probablemente robada nada más nacer cuando tenía 30 años, después de que sus propios familiares adoptivos se lo comunicaran en una discusión familiar.

Al parecer, estos familiares le desvelaron el nombre de Graciela, pero sin saber exactamente a quien podría pertenecer este nombre y sin saber de dónde viene.

Por todo ello, esta persona ha iniciado la búsqueda de su familia biológica e incluso a través de los bancos de ADN, con el fin de comprobar si alguna familia sospecha de lo ocurrido 56 años antes.

Otro caso más

En otra situación, aunque parecida, se encuentra otra mujer, Ángela, gallega de nacimiento pero residente en Huelva desde 1993, tratándose de una víctima confirmada de los casos de niños robados durante la dictadura franquista, después de que sus padres adoptivos se lo confirmaran.

Ángela nació el 6 de agosto de 1969 en el Hospital de la Vaca en La Coruña, fue bautizada al día siguiente y apuntada en el registro al día siguiente con "una documentación falsificada por un médico", una documentación en la que no aparece la dirección de nacimiento ni la matrona que la atendió.

Según el testimonio que le contó su madre hace unos diez años, el día en que nació unas monjas llamaron a los padres adoptivos y ellos la recogieron y se la llevaron al País Vasco donde vivió "una infancia feliz". Con seis años se trasladó a La Coruña donde ha llevado "una vida normal sin carencias afectivas porque yo no he roto el cordón umbilical con mi madre -la adoptiva- porque fue una madraza. Cuando me enteré de todo, me sentí extraña pero mis padres son los que me han criado y los que me han dado amor".

Normalmente, según ha afirmado Ángela tras contactar con otras personas que les ocurrió lo mismo, "cuando tienes conocimiento de que has sido robado al nacer, la gente se siente incompleta, pero ésa no es mi sensación porque yo he sido muy feliz".

Cuando estos casos saltaron a la palestra, en el mes de marzo conoció a una familia gallega que estaba buscando a una niña posiblemente robada, por lo que se hicieron las pruebas de ADN que finalmente dieron negativas, no obstante se las va a repetir porque "esta familia sigue empeñada en que soy su hija y que tenemos parecido físico". En este sentido, ha añadido que no le importaría que ésta fuera su familia porque "son muy buenas personas, gente humilde y buena".

Del mismo modo, ha indicado que ha solicitado el legajo en La Coruña y el registro civil lo ha denegado, por lo que aquellas personas que busquen documentación "lo tienen muy difícil", a lo que ha añadido que no ha denunciado su caso en la Fiscalía porque lo quiere hacer en Galicia, aunque allí "las investigaciones van más lentas".

Por último, Ángela ha asegurado que la mayor parte de los niños que fueron robados en Galicia fueron después dados en adopción por la zona del País Vasco, por lo que, a su juicio, "sería importante encontrar a algún niño robado en Huelva en alguna ciudad o zona para tirar de la trama".