Fiscalía mantiene peticiones que suman 42 años por tráfico de drogas para la supuesta banda de 'El Bule'

La policía incide en que el clan goza de un nivel elevado de vida pese a no constar que trabaje ninguno de sus componentes

La Fiscalía de Valladolid ha mantenido hoy invariable su petición de penas que globalmente se elevan a 42 años de cárcel para Alfredo J.G. ('El Bule'), tres integrantes de su familia y otros dos supuestos colaboradores tras considerar plenamente acreditado que a lo largo de 2008 traficaron con droga desde un piso que el clan familiar posee en la calle Francisca Quintanilla, en el barrio de San Pedro Regalado.

Así, para Alfredo J.G. y su esposa, Concepción G.E, solicitó penas de nueve años de prisión y multas de 3.000 euros, así como seis años de privación de libertad e idéntica multa para su hijo mayor, Jorge; la mujer de éste, María Henar J.G; Leonardo M.L. y Francisco Javier V.S, mientras que las defensas pidieron la libre absolución, salvo en el caso de 'Conchi', para la que su letrado interesó tres años y 1.000 euros de multa.

La convicción de la acusadora pública sobre la culpabilidad de los seis procesados parte, fundamentalmente, del testimonio aportado por la policía en la segunda y última sesión del juicio celebrado en la Audiencia de Valladolid, en especial del jefe de grupo e instructor de las diligencias, quien, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha explicado que el dispositivo de vigilancia sobre el referido inmueble se montó a raíz de los chivatazos de vecinos y toxicómanos.

Fruto de las pesquisas, la policía pudo comprobar el trasiego de clientes que soportaba la vivienda de 'El Bule' y los componentes del grupo llegaron a levantar hasta nueve actas de aprehensión, y ello a pesar de las "medidas de contravigilancia" que mantenían el aludido, su esposa, el hijo de ambos y la mujer de este último.

"En ocasiones, al percatarse de nuestra presencia se mosqueaban y echaban de allí a los toxicómanos o bien les citaban para más tarde y a una hora concreta", ha recordado el jefe del grupo policial, quien ha añadido que otro de los presuntos 'narcos', el vecino del barrio de España Leonardo M.L, de quien inicialmente nada se sabía ni estaba bajo sospecha, comenzó a ser visto frecuentar los alrededores de la vivienda de 'El Bule', con la particularidad de que siempre que llegaba, unas veces en un Ford Focus y otras en un Citroën C4, coincidía en momentos en que se había interrumpido la venta al menudeo por falta de suministros. LEONARDO,

El abastecedor

El instructor de las diligencias, que atribuye a Leonardo el cometido de abastecedor, ha asegurado también haber visto al procesado entregar paquetes o "contenedores", supuestamente de droga, a los cuatro integrantes del clan familiar, tras lo cual se reiniciaba la actividad, mientras que del sexto imputado, Francisco Javier V.S, ha reconocido que su participación "no está del todo clara", aunque le ha asignado el papel de "machaca" dedicado a hacer de intermediario entre los toxicómanos y sus compañeros de banquillo.

El agente, al igual que otros funcionarios actuantes, ha relatado también que el día de la operación, el 18 de diciembre de 2008, se interceptó inicialmente una furgoneta ocupada por Concepción, María Henar y Francisco Javier, que en ese momento portaba ocho papelinas de heroína, y acto seguido se detuvo a 'El Bule' y su hijo Jorge en el piso de Francisca Quintanilla y se intervinieron distintas sustancias en el dormitorio del segundo de ellos, no sin antes verse obligados los agentes a derribar la puerta.

Sobre las numerosas joyas, varios vehículos y distintos electrodomésticos de alta gama hallados en la vivienda, entre ellos una televisión de plasma y, sobre todo, una cámara de vídeo con disco duro, "todo un lujo o capricho que podría costar unos 600 euros", el portavoz policial ha sostenido que revelan un "alto nivel de vida" impropio de una familia en la que ninguno de sus componentes cuenta con trabajo reconocido.

"Nadie tiene horario de trabajo y, a excepción de 'Conchi', que era la más madrugadora pues se la veía ya en la calle desde las 09.00 horas, el resto no aparecía hasta las 12.00 horas como muy pronto", ha indicado el policía en un intento por remarcar que los ingresos familiares para la compra de todos esos lujos tenía que proceder, obligatoriamente, de la venta de sustancias estupefacientes.

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