La hija de la mujer asesinada en Vélez-Rubio dice que el acusado preparó el crimen

La hija de Isabel S.S., la mujer de 45 años que falleció en 2009 a manos de su expareja, ha asegurado ante un jurado popular que el procesado estaba "obsesionado" con su madre y se ha mostrado convencida de que, lejos de actuar bajo un arrebato, preparó con anticipación el crimen ya que unas semanas antes "nos amenazó en una discusión con que tenía cartuchos".

La hija de Isabel S.S., la mujer de 45 años que falleció en 2009 a manos de su expareja, ha asegurado ante un jurado popular que el procesado estaba "obsesionado" con su madre y se ha mostrado convencida de que, lejos de actuar bajo un arrebato, preparó con anticipación el crimen ya que unas semanas antes "nos amenazó en una discusión con que tenía cartuchos".

La testigo, quien convivió durante dos años en el mismo domicilio con víctima y acusado, ha descrito a Cándido M.L., de 62 años, como una persona "tosca" y "fría", aunque ha señalado que mientras se prolongó la relación sentimental su comportamiento fue "en general, normal". Ha relatado que las discusiones entre ambos se producían por la noche y en la intimidad, y que su madre "no tenía miedo en principio".

En esta línea, ha señalado que el procesado, quien disparó con una escopeta de caza en dos ocasiones contra Isabel S.S. mientras la perseguía por la calle y luego le dio un tercer tiro cuando ella intentó protegerse de él ya muy malherida en el taller de costura en el que trabajaba, no aceptó el "abandono" del domicilio familiar de uno de sus tres hijos cuando se terminó la relación.

"Nos echó de casa a mi madre y a mi pero llevó mal que su hijo —su actual pareja— se fuera con nosotros también", ha subrayado. Al hilo de esto, ha afirmado que sí que Cándido M.L. regresó "muchas veces" para "pedir perdón por habernos echado" y que era usual que les pidiese dinero tras quedarse en desempleo, por lo que desmentido que el motivo de la ruptura con su madre fuese "económico".

La hija de la víctima ha comentado, asimismo, a preguntas de las tres acusaciones y la defensa que su madre se lo encontró "en varias ocasiones" en los alrededores de su casa y de su lugar de trabajo. "Aunque no llegó a ser acoso, él no tenía porqué estar allí. Se puso más raro y siempre acababa chillando pero era lo normal porque él siempre chillaba cuando algo no le gustaba. Era su carácter", ha ahondado.

Durante la tercera sesión del juicio con tribunal de jurado que se sigue en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería y por el que el acusado enfrenta una petición fiscal de 18 años de cárcel como autor de un delito de asesinato, han prestado declaración, asimismo, una de las persones que presenció el tiroteo por la calle y dos de los policías locales que se personaron en el taller de costura alertados por los vecinos y hallaron el cuerpo sin vida de Isabel S.S.

Cándido M.L. aseguró el primer día de juicio que "no sabía lo que hacía" cuando disparó en hasta tres ocasiones y trasladó a los miembros del jurado que estaba "muy arrepentido" y que sentía "pena por haberle quitado la vida a una persona joven con 45 años".

"No sé lo que me pasó cuando la vi, cogí la escopeta y me tiré" relató. La defensa alega que actuó bajo estado de "trastorno mental" ya que, según señaló, estaba "deprimido" por haber perdido su empleo como camionero y dos días antes de cometer el crimen había precisado ingreso hospitalario por "crisis de ansiedad".

Según se recoge en el escrito de calificación fiscal, al que se adhiere la Abogacía del Estado, Cándido M.L. esperó con el arma "cargada" a la víctima, Isabel S.S., en una de las calles que ella solía tomar para ir al taller de costura en el que trabajaba "eliminado cualquier posibilidad de riesgo de defensa por su parte". Cuando la vio, salió del vehículo y le disparó a una distancia de un metro y medio. La bala impactó en el tercio superior del brazo izquierdo y le causó una herida de "riesgo vital".

"modo brutal"

Isabel S.S., "gritando despavorida", comenzó a recorrer los alrededor de 80 metros que le separaban de su lugar de trabajo perseguida por el procesado, quien cayó al suelo y disparó una segunda vez sin llegar a alcanzarle tras lo que recargó el arma con nuevos cartuchos.

Una vez ella entró en el taller de costura, donde intentó refugiarse "entre las máquinas de coser" y aprovechando su estado, Cándido M.L. la apuntó al pecho a menos de un metro y le disparó una tercera vez, lo que le ocasionó la muerte por shock hipovolémico.

Tanto fiscal, que sostiene que preparó de manera "minuciosa" el crimen y sabía lo que estaba haciendo, como acusación particular califican los hechos como un delito de asesinato, en el primer caso con la agravante mixta de parentesco, e interesan penas de 18 y 20 años de prisión, respectivamente. Consideran que el procesado asesinó con alevosía a Isabel S.S., quien sufrió dos heridas de bala, una de riesgo vital y la última mortal de necesidad.

La defensa mostró disconformidad parcial con estas calificaciones y consideró que es autor de un delito de homicidio aunque solicita se le aplique la eximente completa de trastorno mental transitorio al "estar exento de responsabilidad criminal por una grave alteración psíquica".

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