El contraste de los barrios

Lunes santo: Las cofradías del Zumbacón, Huerta de la Reina, Campo de la Verdad, San Nicolás, la Trinidad y San Lorenzo toman el centro arropadas por sus vecinos.
El Lunes Santo es la jornada en la que los barrios toman el centro de la ciudad. El bullicio y el calor de sus vecinos, de las devociones del día a día contradicen el luto sepulcral y silencioso de dos de las hermandades más cercanas al casco histórico, las que, por el contrario, se encargan de poner el respeto y austeridad en la calle ante la muerte de Cristo Crucificado.El día nos muestra dos escenas en las que Cristo Redentor (La Estrella) es Coronado de Espinas (La Merced) en los momentos posteriores a ser sentenciado (Sentencia) a portar la Cruz (Vera Cruz) hasta el calvario para luego allí morir Crucificado (Vía Crucis y Ánimas). Del Zumbacón partirá la primera Cruz de Guía, la de La Merced, encargada de anunciar el comienzo de un nuevo día. El barrio entero estará en su salida y si no, los dos pasos toman sus calles a la vuelta, propiciando la visita obligada a sus vecinos y a la Cruz Blanca.

Con el mismo sabor y calor de barrio se pone en la calle La Estrella en la Huerta de la Reina. La Redención cruzará los Llanos del Pretorio para tomar la Córdoba más castiza acompañada de los acordes musicales de su banda. La Virgen de la Estrella aguardará en San Fernando con la alegría y el sueño cofrade de saber que pronto podrá acompañar al paso de Cristo en un futuro no muy lejano.

La Vera Cruz, al igual que ayer ocurrió con el Amor, nos dejará la estampa inédita de ver sus pasos transitar por el puente de Miraflores. No será una estación de penitencia cualquiera para los del Campo de la Verdad, sus 25 años de historia y el buen trabajo desempeñado para festejarlos se dejarán notar en el cortejo.

El corto trayecto de Sentencia será suficiente para acercarse a contemplar la majestuosidad de sus pasos de Misterio y Palio, este último inmerso en un ambicioso proyecto de enriquecimiento de sus bordados.

Mientras, la Trinidad, será testigo de las primeras muestras de respeto y luto ante la muerte del Cristo Crucificado del Vía Crucis, que, haciendo honor a su titularidad, realizará las estaciones de penitencia. La última en salir será Ánimas.

La oscuridad también será el camino a seguir por sus dos pasos. El canto del miserere del coro que acompaña al Cristo, al igual que la imagen de las Tristezas, invitará al rezo, al recogimiento interior de aquellos que lo contemplen.

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