El Teatro Español acogerá, entre este jueves y el 26 de junio, la obra 'Nadie lo quiere creer. La patria de los espectros', de la compañía andaluza La Zaranda, un sainete espectral en donde las ánimas rumian sus viejas glorias y los deseos que se quedaron en el camino.

"Se trata de una alegoría para hablar de las devastaciones del tiempo y de las épocas. Hemos tirado por el género más popular, por el sainete sombrío, la comedia negra, el esperpento mitad chabacano mitad sublime. Es un trabajo en que el referente es el humor, un humor muy corrosivo que hemos llevado por dentro", explica el autor, Eusebio Colange, en un encuentro con la prensa.

Los fantasmas brotan al amparo de las ruinas y de los espejos, en una casa en cuyo jardín nunca se ponía el sol, rumiando los deseos frustrados y las antiguas glorias con el único afán de sobrevivir. "En ese territorio hay habitantes, y una lucha por quedarse con su poder", precisa Colange. "Se trata de una metáfora de nuestros sueños", añade el director, Paco de La Zaranda.

Asimismo, Eusebio Colange destaca que, detrás de 'Nadie lo quiere creer', se esconde cierta preocupación por la crisis ética mundial. "Vivimos en un mundo fundamentalmente escéptico, depende de cada uno lo que queremos creer. No queremos creer que somos meros objetos y mera taxidermia, por ejemplo. Al final, nuestros títulos son como epitafios de la época por la que pasamos. 'Nadie lo quiere creer' también puede serlo", indica el autor.

En la patria del teatro

Tras más de 30 años de carrera, la compañía continúa así con su intensa labor creativa, más interesada por llegar a "dos o tres espectadores", por desmontar las certezas de un público reducido, que por las grandes apuestas mediáticas. "Te sorprende que al final has hecho un gran público, entendiendo el teatro no solo como negocio sino como crecimiento espiritual. El precio es ser lícito con tu dolor y expresarlo. Al final, tienes un público que verdaderamente te vas haciendo en tu camino, no uno mediático", indica Eusebio Colange.

"Para nosotros, el escenario es la vida", añade, "y ser lícito, ser veraz con la vida es el precio del arte. El precio es alto porque uno nunca llega a expresa lo que verdaderamente quiere, pero eso también te hace saltar en el vacío. Mucha gente te habla de nuestra soledad. Yo no veo tal soledad, puesto que hemos estado en compañía de mucha gente".

En su camino, La Zaranda, autodenominada como el 'Teatro Inestable de Andalucía La Baja', ha roto parte de su conexión con sus orígenes. "Andalucía nunca ha sido nuestro territorio, solo es el origen, no tenemos un sentir [andaluz] ni nada de eso. Nunca nos ha preocupado ser colindantes más que con una topografía puramente emocional: nos movemos en la patria del teatro", concluye Eusebio Colange.