Condenado a siete años y medio de cárcel el anciano que asesinó a tiros a su esposa en Píñar

El jurado que lo enjuició no lo consideró un enfermo mental en un veredicto que su defensa califica de "disfuncional" por no basarse en informe médico alguno

La Audiencia Provincial de Granada ha condenado a siete años y medio de prisión a un anciano de 78 acusado de matar a tiros a su esposa en el domicilio que ambos compartían en Píñar (Granada) el pasado 3 de abril de 2009, después de que el jurado que lo enjuició la pasada semana lo considerara culpable de asesinato.

La Sección Segunda considera probado, en una sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, que aquel día, en torno a las 7,30 horas, cuando el hombre, que se encontraba con su mujer en su domicilio, en la calle Caid Al Mandarí de Píñar, comenzó a discutir con ella ya que quería saber quién iba a acompañarla esa mañana en una salida que pensaba realizar. Tras la discusión, el marido se dirigió a una nave próxima a su vivienda donde guardaba una pistola semiautomática, con la que fue de nuevo al domicilio.

Estando en él y mientras su mujer se encontraba en el salón de la casa, el hombre se situó a escasa distancia de ella y "sin que ella pudiese hacer nada dado lo repentino e inesperado del acto" realizó tres disparos consecutivos contra su mujer

Dos de las balas la alcanzaron, una en la región clavicular derecha, que atravesó uno de sus pulmones, y otra en la región supraauricular izquierda, que le destruyó el hueso temporal. Además, en esta última ocasión, la bala se le quedó alojada en la parte izquierda del cerebelo. A consecuencia de los disparos, que afectaron a órganos vitales y produjeron la destrucción de centros encefálicos con traumatismo craneal y torácico, se produjo la muerte inmediata de la mujer.

Después de efectuar los disparos, el acusado, que, según el tribunal, estaba afecto por un trastorno delirante de tipo celotípico que no le anulaba totalmente sus facultades intelecto-volitivas, regresó a la nave para guardar la pistola que había utilizado.

La defensa del ya condenado, que ejerce el letrado José María Hernández-Carillo Fuentes, ha considerado que el veredicto del jurado en que se basa esta sentencia es "disfuncional", puesto que no se basa en dictamen médico alguno que lo apoye. Según sostiene, su patrocinado es un "enfermo" y tenía sus facultades completamente anuladas en el momento de los hechos, como así lo avalaron los médicos forenses que lo examinaron sólo unas horas después de lo acontecido.

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