La Comunitat lidera la tasa de siniestralidad mortal en edificación en 2008-2010 con 30 accidentes

El perfil de las víctimas es de un hombre de 42 años, con cualificación y responsabilidad, y albañil
Estudio De Siniestralidad Laboral
Estudio De Siniestralidad Laboral
EUROPA PRESS
Estudio De Siniestralidad Laboral

La Comunitat Valenciana ha registrado la mayor tasa de siniestralidad mortal en edificación en el último trienio con 30 accidentes, aunque 2010 supuso un descenso del 57 por ciento respecto al año anterior, al contabilizarse cuatro fallecido, y un 21 por ciento respecto a 2008, en que la cifra se disparó hasta los 19 accidentes mortales con los cuatro fallecidos en el siniestro del campo de fútbol de Mestalla.

Estos son los resultados del estudio 'Factores relacionados con los accidentes laborales mortales en el sector de la edificación (2008-2010) que este jueves han presentado el presidente de la Fundación Musaat, José Antonio Otero, el persistente el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Valencia, José Ramón Roca, y el investigador Luis Damián Ramos Pereira. El estudio analiza 163 siniestros en España en los que se produjeron 171 víctimas mortales.

Al respecto, Otero ha matizado que a pesar de este momento de crisis en la construcción, en el que la producción supone entre un 10-12 por ciento de la que había en 2006 en España, sin embargo el índice de siniestralidad no ha descendido en la misma proporción, lo que ha su juicio demuestra que los accidentes mortales en este sector se dan por causas estructurales y no coyunturales como el alto ritmo de producción que algunos excusaban.

Así, ha explicados que los principales problemas son una mano de obra "poco formada", empresas "muy pequeñas", un proceso de edificación "muy artesanal" que "no está tecnificado", lo que "se agrava en estos momentos por la falta de financiación para poder invertir", y sobre todo una "prevención de papel" en la que la empresa no aplica las medidas "a medida" en función de las características de su personal, sino que recurre a empresas externas que se limitan "a fotocopiar la normativa general".

De hecho, el investigador, Ramos, profesor asociado de Seguridad y Prevención en la Escuela de Arquitectura Técnica de la Universidad de Extremadura, ha explicado que el perfil de las víctimas mortales difiere del resto de accidentes y desmonta algunos mitos.

Así, el perfil de las víctimas corresponde a un trabajador español, mayor de 50 años, con experiencia, cualificación y responsabilidad respecto al resto de personal, y primordialmente en el oficio de albañilería. Además, la mayoría de siniestro se producen los martes entre las 11y las 13 horas, después del almuerzo y antes de la comida, y la forma predominante es por aplastamiento como resultado de una caída (66 por ciento) en el borde de la edificación en fases de estructuras, fachadas y cubiertas.

Al respecto, ha explicado que al contrario de lo que se piensa la mayoría de accidentes no se da en jóvenes sino en mayores de 50 años precisamente porque "su experiencia les lleva a un exceso de confianza por el que disminuyen la atención frente a los riesgos".

Asimismo, el 71 por ciento de los fallecidos era profesionales a los que se les supone una cualificación adecuada y con responsabilidad en la obra debido a su categoría profesional: el 60 por ciento se dan entre oficiales de albañilería y el 11 por ciento restante entre encargados y socios de empresas constructoras.

Falta de formación reglada

No obstante, ha matizo que al estar el sector "tan atomizado" es "muy frecuentes pequeñas empresas en que el jefe es el propio trabajador con un familiar", por lo que esta supuesta cualificación "queda en entredicho". Esta realidad revela "carencias formativas muy grandes en España que habría que superar con "un sistema reglado de cualificación profesionales" para que la "categoría profesional no se concediera sólo por experiencia y la decisión de un empresario". Asimismo, este estudio ha refutado la idea generalizada de la influencia del presupuesto de la obra en el trabajo de subcontratas.

Al respecto, ha recalcado la necesidad de que en materia de prevención sean "las propias empresas las que hagan un traje a medida" para reducir los riesgos en función de las características de la obra y de las capacidad y condiciones de los trabajadores porque son las únicas que realmente conocen sus aptitudes y limitaciones.

Así, ha puesto el ejemplo del Reino Unido donde los obreros tienen un color para distinguir qué tareas pueden desempeñar y evitar así situaciones como que a un trabajador con vértigo o ataques de epilepisa se le mande a las alturas.

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