El juicio de la Operación Karlos encara su recta final

El juicio por la Operación Karlos que comenzó a juzgarse en la Audiencia Provincial de Cádiz el 11 de abril entra este martes en su recta final, después de que el juez Manuel Grosso diera por válidas las escuchas, de que los acusados hayan declarado y de que se hayan oído en Sala las conversaciones telefónicas.
Jesulín Y Campanario Salen De La Audiencia Provincial De Cádiz
Jesulín Y Campanario Salen De La Audiencia Provincial De Cádiz
EUROPA PRESS/ARCHIVO
Jesulín Y Campanario Salen De La Audiencia Provincial De Cádiz

El juicio por la Operación Karlos que comenzó a juzgarse en la Audiencia Provincial de Cádiz el 11 de abril entra este martes en su recta final, después de que el juez Manuel Grosso diera por válidas las escuchas, de que los acusados hayan declarado y de que se hayan oído en Sala las conversaciones telefónicas.

La 'Operación Karlos' surge a raíz de unas escuchas telefónicas que se le estaban realizando a Carlos Carretero —uno de los principales imputados— con motivo de una investigación por otra causa, la Operación Halcón.

Este hecho motivó que las defensas reclamaran la nulidad del proceso y, por tanto, el sobreseimiento de la causa, alegando el desconocimiento de la Fiscalía sobre las escuchas, lo que, a su juicio, crea un proceso de indefensión. Por su parte, la Fiscalía defendió la investigación, llegándola a calificar de "impecable". Finalmente, tras las cuestiones previas, el juez, Manuel Grosso, dio por buenas las escuchas y la investigación.

La decisión del Tribunal de la Audiencia Provincial hizo que por el banquillo hayan pasado ya todos los acusados para prestar declaración, tanto los que han llegado a un principio de acuerdo con el Ministerio Fiscal (como es el caso de Carlos Carretero) como los que no (como María José Campanario y su madre, Remedios Torres).

Durante su declaración, Carlos Carretero reconoció los hechos y señaló que el dinero que pedía a los que solicitaban las pensiones lo hacía en función de la cuantía que les iba a quedar y porque se iban a beneficiar de cobrar casi un año más que si la tramitación fuera "por vía normal", ya que Francisco Casto —inspector médico acusado— conseguía que la pensión fuera aprobada en tres o cuatro meses y por vía normal podía tardar unos 18 meses.

Por su parte, el inspector médico Francisco Casto declaró sentirse "engañado" por Carretero y haber "pecado de pardillo". Defendió su inocencia haciendo un repaso del funcionamiento de la Administración para argumentar que los clientes a los que él había hecho reconocimientos le venían designados por un equipo administrativo y no de forma aleatoria. Además, aseguró que "nunca" había recibido dinero de "ninguna persona" y que "jamás" había aceptado un regalo.

María José Campanario y su madre, Remedios Torres, basaron su declaración de inocencia en que fueron "engañadas" por Carlos Carretero, ya que ambas defendieron que lo que querían era que le fuese revisada una invalidez que Remedios Torres tenía reconocida desde finales de los años 90 que entonces era del 54 por ciento. Además, ambas negaron conocer que iba a ser suplantada en un reconocimiento médico. ESCUCHAS

Las conversaciones telefónicas intervenidas en la investigación de la Operación Karlos, escuchadas en el juicio, han destapado la relación existente entre el expolicía de Ubrique Carlos Carretero y el inspector médico Francisco Casto.

Una de las líneas de defensa del inspector médico con respecto a las escuchas se basa en que la voz que se escucha en las conversaciones intervenidas no es la suya. No obstante, en una de las conversaciones, Carretero se refiere a su interlocutor como Casto.

Igualmente, el inspector médico aseguró durante su declaración en la Sala que "nunca" había recibido dinero de ningún cliente y que "jamás" había aceptado un regalo. Por contra, en una de las conversaciones intervenidas entre Carretero y, supuestamente, Casto, hablan de dinero y de cómo el primero de ellos le va a dar "un poquito más".

Además, las escuchas intervenidas descubren los negocios montados por Carlos Carretero, que llega a decir: "¡Qué me gusta un sobrecito lleno de billetitos!", tras haber recibido el cobro de un cliente, acusado también, que había conseguido una pensión.

En cuanto al caso de la suplantación de Remedios Torres, la madre de María José Campanario, por la madre de la novia de Carretero para que pasara un reconocimiento médico, se ha escuchado una conversación entre Carretero y Casto en la que el expolicía de Ubrique le cuenta al inspector médico "la película" que han montado para llevar a cabo la suplantación.

Así, la propia Elisa Calvente, novia de Carretero, le cuenta a Casto que su madre no sabía para qué iba al hospital y cómo le hizo repetir, antes de entrar en consulta, que se llamaba Remedios Torres y no Isabel.

Igualmente, existe una conversación entre Carretero y Campanario en la que el expolicía le pide a la mujer del torero "que no salga de casa" su madre, que está en Castellón, "no vayamos a tener un problema". Es ahí cuando Campanario ofrece que su madre coja un avión, aunque Carretero le dice que no es necesario.

Otra de las conversaciones escuchadas son las referentes a la negativa de Campanario a darle dinero a Carretero para hacer frente a los seguros sociales por haber dado de alta a su madre en una empresa para poder cobrar una pensión.

En esa conversación, Carretero le explica a su novia, Elisa Calvente, que ha tenido una cita en el Hotel Jerez y que Campanario se había negado a pagarle 5.000 euros por el coste de los seguros sociales. Carretero cuenta que le ha dicho a María José Campanario que su madre "no ha trabajado en su puta vida y no le corresponde nada" y que la mujer del torero le dijo que a su suegra, la madre de Jesulín de Ubrique, le había "pedido menos", a lo que Carretero le recordó que "la mujer de Humberto Janeiro tiene 30 años cotizados y tiene derecho a una paga, lo único que hemos hecho es adelantarla".

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