Los dos centros de transeúntes con los que cuenta la diócesis de Mérida-Badajoz, el Padre Cristóbal y el Centro Hermano, han acogido a 15.731 personas desde su creación hace 13 y 16 años, respectivamente.

En concreto, el Centro Hermano, situado en Badajoz, celebra durante estos días, con diversos actos, el 16 aniversario de su apertura en la capital pacense como Casa de acogida, cuyo objetivo es "ayudar en los problemas que más preocupan a las personas sin hogar, contribuir a superar su situación y a tener una vida más digna".

El trabajo realizado en este centro durante ese tiempo ha hecho posible la acogida de 10.131 personas, según recoge el semanario 'Iglesia en camino' y recoge Europa Press.

El Programa Diocesano de Transeúntes ha querido agradecer a todas las personas e instituciones que colaboran con el Centro Hermano que "en el pasado año acogió en sus 28 plazas residenciales a 481 personas que no tenían donde vivir".

Así, el centro ha mostrado su "vocación de persistir en su tarea al servicio de estas personas en la ciudad de Badajoz" y espera tener el "respaldo social e institucional suficiente para mantener y mejorar en los recursos precisos", logrando así la mayor eficacia en la ayuda que ofrece a las personas sin hogar.

Centro padre cristóbal

Por su parte, el Centro Padre Cristóbal, situado en Mérida, también ha celebrado durante estos días su 13 cumpleaños "trabajando a favor de los más pobres y desfavorecidos" de la sociedad, desde que abrió sus puertas gracias al esfuerzo de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias Franciscanas y de Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz.

Destaca que en todo este tiempo el trabajo de técnicos y voluntarios ha sido "duro y apasionante", siempre apostando por "la plena integración de las personas que, debido a multitud de factores, necesitaron y necesitan de su apoyo".

Según los datos ofrecidos por este centro, un total de 5.600 personas con "diferentes problemáticas y necesidades", como sin hogar, enfermos mentales, diferentes adicciones, inmigración, emergencias sociales, malos tratos, carencias afectivas o trabajadores temporeros, han sido acogidas durante este tiempo "en lo que ellos han considerado su hogar".