La Audiencia de Granada ha absuelto a los dos miembros del matrimonio que fueron enjuiciados el pasado 7 de marzo como acusados de la muerte a tiros de la madre de la mujer, después de que el jurado que valoró el caso los declarara no culpables del delito de homicidio y de omisión del deber de socorro por el que estaban imputados. No obstante, condena al marido a 16 meses de cárcel por tenencia ilícita de armas, ya que no tenía licencia para la pistola que se utilizó y que él mismo reconoció durante el juicio que había ocultado.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el tribunal de la Sección Primera considera probado que sobre las 0,30 horas del 25 de octubre de 2009 se encontraban en su domicilio, en la capital granadina, los padres de la procesada en este caso, momento en que se produjo un disparo con una pistola que alcanzó a su madre. La bala le atravesó la clavícula y tuvo su orificio de salida por el brazo, heridas que le causaron la muerte por shock hipovolémico.

Según el magistrado-presidente, no ha quedado acreditado que el acusado efectuara el disparo, aunque sí que, una vez en el domicilio de la víctima, cogió el arma, para la que no posee licencia, y la ocultó. De hecho, no ha podido aún ser localizada. Tampoco ha quedado probado que su esposa, también inculpada inicialmente, se encontrase en la casa de sus padres cuando tuvo lugar el suceso.

Además, las pruebas periciales practicada en manos y ropa al procesado dieron negativo en cuanto a residuos de disparo, con lo que "existen fundadas dudas" sobre la autoría del crimen, dudas que, en base al principio 'in dubio pro reo', se han de resolver a favor de éste.

A ello se suma que el hijo de la pareja, que entonces tenía 13 años, se autoinculpó de haber disparado por accidente a su abuela, algo que los propios padres aseguraron también en la primera sesión del juicio.

El marido, ahora absuelto, que se enfrentaba a un total de 14 años y medio de prisión por un delito de homicidio y otro de tenencia ilícita de armas, aseguró que la relación con su suegra era "inmejorable" y que aquel día no había estado, como otras veces, en la casa de la ahora fallecida, situada a unos 100 metros de la suya, las dos en el barrio granadino de La Cartuja.

Esa noche, explicó, sus dos hijos, de 9 y 13 años, salieron a pasear a su dos perras y, de paso, acompañar a la abuela, que había estado en su casa, hacia la suya, porque el barrio "no es muy seguro". Entonces, estando el matrimonio en su vivienda, escucharon de pronto al menor de los dos llamando a su padre, al que le dijo, "a gritos" que su hermano "le había pegado un tiro a la abuela y estaba en el suelo".

Ante eso, la mujer corrió hacia la casa de su madre, y el hombre, según su testimonio, cogió en brazos a su tercer hijo, de dos años, cerró su casa y se marchó a ver qué había pasado. Por el camino, afirmó, se encontró con un vecino apodado 'El Nene' que le dijo que se había "buscado la ruina" por lo que había hecho su hijo.

Al llegar, vio a su mujer intentando socorrer a su madre, que estaba tumbada en el suelo, y un charco de sangre cerca de ella. En un momento dado, su mujer le dijo que se llevara a sus tres hijos de allí, y el hombre, relató, se los llevó no sin antes coger el arma que había sido disparada para tirarla en la calle. Según aseguró, él no tiene licencia de armas y lo poco que sabe de pistolas y escopetas es "por las películas".

De hecho, según apuntó, el arma que fue disparada había sido encontrada por su hijo, "que tiene una pequeña minusvalía y es tartamudo", esa misma noche, en la calle, en una bolsa junto a unos bidones.

También la mujer, procesada junto a su marido, corroboró la misma versión, añadiendo además que tiene "muy mala relación" con su hermana, que ejercía de acusación particular en el caso y que la denunció a ella y a su marido como los presuntos autores del disparo. "Ella es capaz de hacer eso y de mucho más", dijo la mujer, al ser preguntada por el fiscal acerca de la posibilidad de que su hermana la hubiera inculpado por sus enfrentamientos.

La acusada, que intentó taponar la herida de su madre con una toalla que le había prestado el vecino y que en ese intento se impregnó las manos de pólvora, señaló que fue su hijo el que le contó lo que había pasado. "Me dijo, mami, yo no quería hacerle daño a la abuela, ha sido un accidente", indicó la mujer, que se enfrentaba a 13 años de prisión por un delito de homicidio del que ahora ha sido absuelta.