Peritos ven ausencia de fabulación en los testimonios de los menores que acusan de abusos a un hombre

La Audiencia Provincial de Jaén ha acogido este jueves la segunda y última sesión del juicio que se celebra contra un hombre de 31 años de edad acusado de abusar sexualmente de dos menores de edad en su cíber de Mancha Real, una jornada en la que peritos han ratificado la credibilidad de la versión de los niños y han sostenido que no consideran que haya elementos de fabulación en su testimonio.
Vista En La Audiencia Provincial De Jaén
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EUROPA PRESS
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La Audiencia Provincial de Jaén ha acogido este jueves la segunda y última sesión del juicio que se celebra contra un hombre de 31 años de edad acusado de abusar sexualmente de dos menores de edad en su cíber de Mancha Real, una jornada en la que peritos han ratificado la credibilidad de la versión de los niños y han sostenido que no consideran que haya elementos de fabulación en su testimonio.

Fuentes de la acusación particular consultadas por Europa Press han detallado que en el juicio, que finalmente ha quedado visto para sentencia, estos expertos han argumentado que no hubo consentimiento alguno por parte de los menores y sí abuso de superioridad por parte del acusado.

Una vez concluida la prueba pericial, las partes han elevado a definitivas sus conclusiones, en las que el fiscal y la acusación particular de uno de los menores han propuesto una petición alternativa con el fin de justificar una de las agravantes, el desvalimiento del niño.

El juicio comenzó el miércoles con la declaración del acusado, A.L.N., quien negó haber realizado acto alguno contra la integridad de los niños y argumentó que no pasó nada. Así, reiteró que ni enseñó videos de contenido pornográfico a los niños, ni les sometió a tocamientos ni abusó sexualmente de ellos. Asimismo, negó que la otra trabajadora del cíber le sorprendiera abusando de unos de los menores.

En este sentido, alegó que no sabe por qué han formulado estas acusaciones contra él y que cree que en todo caso pueden deberse a una "represalia" de la otra trabajadora —ella puso estos hechos en conocimiento de la Guardia Civil— porque fue expulsada del trabajo y al ansia de su padre por "deshacerse" de él, toda vez que el local en el que estaba el cíber era de su progenitor.

Los hechos tuvieron lugar en junio de 2010 cuando, tal y como se recogía en el escrito de calificación del fiscal, el acusado se quedó a solas con uno de los menores y, tras someterle a tocamientos, supuestamente abusó sexualmente de él, unos hechos que volvieron a suceder dos veces más.

Además, recoge que el día 8 de ese mismo mes se fue con el menor a la trastienda del local y abusó sexualmente de él hasta que fue sorprendido por la otra trabajadora del cíber, que fue a la Guardia Civil a denunciar los hechos. Al tomar declaración los agentes al niño, este dijo que podría haber otro niño también afectado. Así se llegó al otro menor, quien, siempre según el escrito del fiscal, señaló que le había mostrado un video pornográfico y que en otra ocasión había intentado abusar de él.

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