El Juzgado de lo Penal número 2 de Santander ha condenado a un año de prisión a un joven que vendió en dos establecimientos hosteleros almejas contaminadas que recogió junto al bombeo de aguas residuales de Ferroatlántica, en la ría de Boo.

La sentencia, conocida este jueves, acuerda no obstante que la pena de cárcel se sustituya por trabajos en beneficio de la comunidad por el mismo tiempo.

El acusado también deberá pagar una multa de 720 euros y tendrá prohibido durante tres años ejercer cualquier profesión o actividad industrial o comercial relacionada con el marisqueo.

Según se explica en la sentencia, los hechos ocurrieron entre finales de 2009 y principios de 2010. En concreto, el acusado, O.M.T., se dirigió dos noches a la Ría de Boo y recogió almejas que posteriormente vendió en sendos establecimientos hosteleros de Santander.

El joven ofreció la mercancía a pesar de conocer que se trataba de productos contaminados por sustancias peligrosas para la salud, ya que las había recogido en las inmediaciones de Ferroatlántica, al lado del edificio destinado al bombeo de aguas residuales. Además, había carteles de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad que alertaban de la prohibición de pescar en esa zona.

En el análisis de las almejas se constató que contenían benzoapireno en una concentración de 848 microgramos por kilo, cuando el máximo permitido es de 10 microgramos. Su consumo supone un riesgo potencialmente cancerígeno.