Bob Dylan, la voz rota que cambió el mundo

  • El inimitable y poliédrico músico estadounidense cumple hoy 70 años.
  • El planeta entero le rinde homenaje como uno de los grandes iconos de la cultura popular de todos los tiempos.
  • Bob Dylan,  ¿70 verdades o 70 mentiras?
Bob Dylan, creador incansable además de icono popular
Bob Dylan, creador incansable además de icono popular
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Bob Dylan, creador incansable además de icono popular

Existen personajes en el mundo de la cultura cuya influencia trasciende fronteras y generaciones. Nombres que han dejado huella en la vida de millones de personas y que con su obra han contribuido a cambiar el curso de los acontecimientos. Y luego, por encima de todos ellos, está Bob Dylan.

El mundo rinde este martes homenaje a un artista indomable, polifacético y prolífico como pocos . Dylan cumple 70 años, y lo hace en plenas facultades, con una apretada agenda de conciertos –a pesar de que sus dividendos le permitirían vivir varias vidas sin reparar en lujo alguno– y la misma mirada inquieta que le llevó al estrellato en los convulsos sesenta.

Tras los pasos de Guthrie

Nacido en 1941 en Minessota como Robert Allen Zimmerman, el joven Dylan combinaba su faceta de ávido lector de autores de la generación beat, como Jacques Kerouac, con una altanería adolescente que lo ha acompañado toda su vida. Su vocación poética y sus inquietudes encaminaron sus pasos del rock and roll al folk, un género que consideraba "más pegado a la realidad".

Parte de culpa de ese viraje la tuvo Woody Guthrie, uno de los padres de la canción protesta americana, a quien admiraba profundamente. Fue, de hecho, la idea de conocerlo la que lo llevó a Nueva York en 1961. El descarado Dylan no tardó en abrirse paso en los círculos de música folk del entonces efervescente Greenwich Village y debutar en LP con Bob Dylan, un compendio de canciones tradicionales junto a dos composiciones propias del que apenas se vendieron 5.000 copias.

El fracaso comercial no fue un obstáculo para lo que estaba por venir. The Freewheelin’ Bob Dylan (1963) y The Times They Are A-Changin’ (1964) conectaron con los movimientos por los derechos civiles de EE UU, a los que puso voz con canciones como A Hard Rain’s a-Gonna Fall, Blowin’ in the Wind o The Times They Are a-Changig. Dylan ya era un icono que trascendía lo musical.

Dylan no poseía una gran voz (llegó a ser despedido de un club por ahuyentar a los clientes), ni una depurada técnica con la guitarra, pero destilaba una magia que dejaba sin palabras a los que lo escuchaban, que aplaudían con fervor su rompedora visión del mundo, plasmada en unas letras sublimes que hoy se estudian en EE UU como destacada poesía contemporánea. Dylan, ante todo, no entendía de reglas.

Esa libertad lo llevó a ampliar horizontes. Se cansó de la etiqueta de cantautor protesta, se desvinculó del círculo folk y electrificó su sonido, lo que le valió duras críticas de los sectores más puristas del género. Llevó su nueva propuesta a los escenarios en una gira con los canadienses The Band, en la que fue abucheado noche tras noche. Según relataron años después los miembros del grupo, Dylan sonreía de placer mientras llovían los insultos. Lo llamaron "el Judas del folk".

Familia y cristianismo

Como toda estrella, Dylan atravesó una época de relajante vida familiar, precedida por un accidente de moto cuyas circunstancias nunca fueron aclaradas. Su turbulenta ruptura con Sara Lownds, con quien se había casado en secreto en 1965, se plasmó en el doliente y despechado Blood on the Tracks, y fue solo un capítulo más de una vida de la que el músico ha guardado celosa intimidad.

El cinismo por bandera

Como en toda carrera prolífica, Bob Dylan ha pasado por momentos bajos. Uno de ellos –del que, para algunos, nunca se llegó a recuperar– fue una crisis religiosa a finales de los setenta que lo llevó a convertirse al cristianismo radical. Pasados los años, volvió a una postura laica, aunque no lo suficiente como para rechazar la sustanciosa oferta de actuar frente al papa Juan Pablo II en 1997.

Atrás quedaron sus discos menores de los ochenta y sus dos álbumes con Travelling Wilburys, el supergrupo que formó con George Harrison, Jeff Lynne, Roy Orbison y Tom Petty. Ha probado suerte como actor, cineasta o pintor, y sigue sorprendiendo con cada declaración fuera de tono y cada movimiento inesperado, como sacar un disco de villancicos o plegarse, según algunos, a la censura en su reciente gira por China. La última noticia relacionada con su vida vio la luz el lunes, cuando una entrevista inédita reveló que en los sesenta fue adicto a la heroína y coqueteó con el suicidio.

En pleno siglo XXI, al viejo Dylan solo le queda una meta por alcanzar: el Nobel de Literatura, al que ha optado en ocho ocasiones. Dicen que esa es su obsesión, aunque conociendo su cinismo, es posible que no le importe lo más mínimo.

Madrid, epicentro dylaniano

El Círculo de Bellas Artes de Madrid alberga durante todas esta semana una serie de actividades con Bob Dylan como protagonista indiscutible. Esta noche actuarán Amaral, Nacho Vegas, Christina Rosenvinge y Hughes Aufray, a los que seguirá una sesión de DJ a cargo del locutor de Radio 3 Santiago Alcanda. Además, habrá una conferencia sobre su obra y un ciclo de cine con las películas en las que ha participado.

No pases de...

Una película. Don’t look back. Salvaje y genial, el Bob Dylan de 1965 vivía acorralado como una fiera por la presión de convertirse en estrella. Así lo vemos en este vibrante documental en blanco y negro, donde se admira su talento, pero también se refleja su ira hacia periodistas e incluso otros músicos como él. D. A. Pennebaker, 1965. Sony, 34, 95 euros.
Un disco. The Freewhelin' Bob Dylan. El segundo disco de Dylan (1963), que lo convirtió en referente de la canción protesta gracias a himnos como Blowin’ in the Wind. Su icónica portada ha estado de actualidad hace apenas tres meses: Suze Rotolo, por entonces novia del músico y con quien comparte el tierno abrazo de la cubierta del disco, fallecía a los 67 años. Columbia, 10 euros.
Un libro. Bob Dylan revisited. Las biografías de Dylan se cuentan por decenas. Por ello, nada como revisar 13 de sus canciones más emblemáticas en formato cómic a cargo de otros tantos dibujantes, entre los que hay nombres como Jean-Claude Götting o Dave McKean. Una mirada original y distinta. Varios autores.  Norma. 18 euros.
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