El acusado de matar a su mujer en El Cuervo reconoce que la estranguló tras tomar antidepresivos

El hombre acusado de estrangular hasta dar muerte a su esposa en 2010 mientras ésta se encontraba durmiendo en el dormitorio de la vivienda que ambos compartían en la localidad sevillana de El Cuervo ha reconocido los hechos aunque ha dicho que lo hizo tras tomar "siete o diez pastillas" porque estaba "nervioso perdido" y depresivo, defendiendo asimismo que la víctima "no estaba dormida, estaba casi despierta".

El acusado, identificado como J.M.C.E. y para quien la Fiscalía solicita 20 años de cárcel y el pago de una indemnización de 38.000 euros, ha realizado estas declaraciones durante la primera jornada del juicio que se celebra con jurado popular en la Audiencia Provincial. Con anterioridad a su declaración, su abogada defensora ha defendido que su cliente padece un trastorno bipolar diagnosticado médicamente, por lo que, en el momento de los hechos "no era plenamente consciente de sus actos".

Así, la letrada ha aseverado que el procesado "cometió los hechos a causa de la enfermedad y de la medicación que ingirió" y ha subrayado que si bien el trastorno mental "no justifica lo que ha hecho, sí lo explica"; por ello, ha pedido para su representado cinco años de cárcel. Sin embargo, tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares que ejercen la Junta de Andalucía y la Abogacía del Estado solicitan para el imputado hasta 20 años de cárcel al entender que fue consciente en todo momento de lo que estaba haciendo.

En su declaración, el procesado ha explicado que la noche de autos —los hechos sucedieron sobre las 4,00 horas del día 3 de enero de 2010— se encontraba "muy mal" y estaba "nervioso perdido" tras "pelearse" con sus hijos, por lo que se tomó "siete o diez pastillas", e incluso ha asegurado que no quería matar a su mujer, sino que quería suicidarse cogiendo su propio vehículo y dirigiéndose a la carretera para "chocar con un camión". "Yo la quería, pero fui a buscarla para ver cómo estaba y la estrangulé", ha resumido.

Llamada a la policía local

El encartado, que ha precisado que se encontraba "mal" desde hacía "dos o tres años", ha señalado que, en el momento de la agresión, su esposa "se defendió un poquillo". Tras ello, y todavía sin saber si su mujer estaba muerta, llamó a la Policía Local y le dijo "que algo pasaba", preguntándole a los agentes que acudieron a la vivienda familiar "si tenía pulso, pero me dijeron que no".

"No estaba yo en mi sentido ni en mis cabales", según ha proseguido el acusado, quien, visiblemente afectado, ha defendido que "la he querido siempre y nunca le he pegado ni le he puesto la mano encima". Al finalizar su declaración, ha pedido perdón a sus hijos y ha insistido en que, la noche de los hechos, "tenía ganas de quitarme de en medio porque ya no podía más".

No obstante, la representante del Ministerio Público ha puesto de manifiesto que el acusado "la mató de forma consciente, sabiendo muy bien lo que hacía, y además no se ha arrepentido", mientras que el letrado de la Junta de Andalucía ha dicho que "no hay pruebas de que el acusado tuviera limitada su voluntad o el entendimiento".

Según relata el Ministerio Público en su escrito de acusación, consultado por Europa Press, los hechos tuvieron lugar entre las 2,00 y las 4,00 horas del día 3 de enero de 2010, cuando el procesado, Juan Manuel C.E., "actuando con la intención de ocasionar la muerte" a su esposa, Josefa R.Z. de 45 años, "aprovechó que ésta se encontraba durmiendo" en un dormitorio del domicilio para dirigirse hacia allí.

Los hechos

El fiscal añade que, una vez en el lugar, "y para impedir la posible defensa" de la víctima, el acusado "la atacó de forma sorpresiva y la estranguló apretándole fuertemente el cuello con las manos, obstruyéndole los orificios respiratorios hasta ocasionarle la muerte por asfixia". Por estos hechos, uno de los dos hijos de la víctima ha renunciado a ser indemnizado de manera alguna.

Pues bien, el Ministerio Público considera que el procesado, de 53 años de edad, es autor de un delito de asesinato con la agravante de parentesco, por lo que solicita 20 años de prisión y la prohibición de acercarse a los domicilios, lugares de trabajo y cualquier otro lugar frecuentado por sus dos hijos a una distancia no inferior a 100 metros durante ocho años.

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