La acusación particular de siete de las once familias afectadas por los crímenes de La Caritat de Olot considera que al menos en dos de los presuntos asesinatos del celador Joan Vila pudo haberse detectado que no eran naturales, en concreto las dos mujeres a las que suministró un producto cáustico.

Uno de los abogados de estas siete familias, Jaume Dalmau, ha comentado que "había algún otro indicio de muerte no natural en otros casos", y cree que los mismos síntomas que destaparon los asesinatos en el último caso, podrían haberse visto en las dos muertes que lo precedieron.

"Los síntomas que se vieron en la última víctima se podrían haber visto en las otras dos, aunque ésta última presentaba lesiones alrededor de la boca, no solamente dentro, posiblemente porque se hubiera resistido", ya que existía una animadversión entre la anciana y el celador, ha expuesto el letrado.

Puede ser, ha dicho, que al ver que Vila se acercaba a la mujer, ésta se hubiera apartado, resistido y no hubiera querido ingerir lo que le daba y esto habría provocado que no todo el líquido fuera al interior de la boca sino que parte de éste se desparramase por la zona peribucal, lo que provocó las lesiones externas más evidentes.

Dalmau ha agradecido al doctor que avisó a los Mossos d'Esquadra su trabajo, porque "en La Caritat no había control sobre los medicamentos y se han muerto una serie de personas que se pensaba que eran por causas naturales y se ha demostrado que no" ya que cree que podrían haber tenido más muertes en el centro que no se sabría que son de origen homicida.

Precisamente, el doctor que descubrió el caso ha declarado este viernes en los juzgados de Olot y ha explicado, según Dalmau, que la mujer llegó a urgencias derivada de La Caritat con vómitos y vio que había unas lesiones en los labios que le hicieron sospechar.

Primero pensó que la propia señora podía haber ingerido algún producto voluntariamente o por error para provocar estas quemaduras, por eso el doctor llamó a La Caritat para ver si encontraban algún bote de alguna cosa o líquido cáustico que podía haber ingerido.

Al no encontrar nada, estuvo varias horas dudando de las causas de estas lesiones y por eso avisó a los Mossos d'Esquadra, que comenzaron la investigación, mientras, el equipo de médicos decidió no firmar el certificado de muerte natural y "a partir de aquí se pudo hacer la autopsia y se fue descubriendo todo", ha relatado Dalmau.

Vio todos los cuerpos

Por otro lado, el abogado de la acusación particular ha detallado que en su declaración la doctora del geriátrico ha dicho que sí había visto todos los cadáveres antes de certificar la muerte de los ancianos, pero que en algunos casos lo hacía al día siguiente cuando el cadáver ya estaba en el tanatorio.

"Esto no desmiente la versión de la enfermera, solamente confirma que la doctora no vio el cadáver en La Caritat", ha dicho Dalmau.

En la declaración de este viernes también se le ha preguntado a la doctora si le parece suficiente que para atender a los sesenta internos del centro solamente tuviera que ir cinco horas a la semana y ella ha dicho que sí, aunque ha manifestado que otras veces tenía que ir porque la llamaban y que iba por una cuestión de ética profesional, lo que para el abogado podría evidenciar que "igual no era suficiente que solamente fuera cinco horas por semana".

El hecho, ha matizado, es que a nivel legal no es obligatorio que haya presencia médica en un centro como La Caritat, con el equipo de enfermeras sería suficiente, a nivel legal, y entonces "eso ya es el criterio de cada uno".

En relación a la declaración de la doctora, el abogado de Joan Vila, Carles Monguilod, ha comentado que la médica no tuvo dudas al certificar el resto de muertes ya que por los síntomas de los ancianos, muy delicados de salud, parecían naturales.

"La doctora, profesionalmente, hizo lo que tenía que hacer y es que las víctimas eran frágiles, plurimedicadas y tenía un estado de salud deteriorado", ha dicho Monguilod.