La delegada de Presidencia y Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Maribel Montaño, ha presentado este viernes el catálogo de la exposición 'Lozas y azulejos de Triana: colección Carranza', que alberga de forma permanente el Real Alcázar. La obra, con textos del catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla Alfonso Pleguezuelo, comisario también de la muestra, está editada por el Departamento de Publicaciones del Instituto de la Cultura y las Artes del Ayuntamiento de Sevilla (ICAS).

Con el título 'Lozas y azulejos de Triana: Colección Carranza' ve la luz esta obra dedicada a las piezas de cerámica "más trianeras" que conforman la colección de Vicente Carranza, considerada como una de la más importantes de España en su género y valorada en más de un millón de euros. Desde que se inauguró el pasado mes de diciembre, más de 300.000 personas han visitado la exposición instalada en el Real Alcázar.

El catálogo, de 184 páginas a color, recoge imágenes de todas las piezas que forman parte de la exposición, con explicaciones técnicas de cada una de ellas. Está dividido en tres capítulos: 'Azulejos de la Sevilla Mudéjar', 'Dorados de Triana', y 'Un mundo de devotos y galantes', que corresponden a las tres salas en que está dividida la exposición en el Real Alcázar. El precio de venta al público es de 18 euros y puede adquirirse en la tienda del Alcázar, en la Feria del Libro de Sevilla y en las librerías.

La muestra consta de 170 piezas de la colección Vicente Carranza que, durante 20 años y por expreso deseo de su propietario, se ubica en el Real Alcázar de Sevilla. Las piezas están comprendidas entre finales del siglo XII y el siglo XVIII, y se reparten por los siguientes ámbitos temáticos: Cerámica musulmana y mudéjar, que comprende azulejos elaborados con la técnica de "cuerda seca" y de arista de los siglos XII al XVI; Cerámica del Renacimiento, con azulejos de arista y loza dorada; y Cerámica barroca, que comprende el siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII.

Así, en la sala de 'Los azulejos de la Sevilla mudéjar' se muestran los mosaicos de Roma, los tejidos murales de Bizancio y la costumbre de los pueblos nómadas de revestir sus jaimas con esteras, tejidos y alfombras, viejas tradiciones heredadas por al-Andalus que están en el origen del hábito de la arquitectura andaluza de cubrir pavimentos, paredes y techos con cerámicas llenas de brillo y color.

Por su parte, en la Sala 2, 'Dorados de Triana', la tradición musulmana se percibe en la técnica decorativa de esta cerámica, en el carácter geométrico de muchos de sus motivos y en la persistencia del procedimiento de la loza dorada. La raíz gótica es evidente en los temas figurativos de origen textil y la influencia renacentista se identifica en numerosos patrones estéticos romanos traídos a Sevilla desde Italia por Niculoso Francisco Pisano hacia 1500.

Finalmente, en la Sala 3, titulada 'Un mundo de devotos y galantes', se aprecian los importantes cambios introducidos en el Barroco. Los tejidos, como fuente de inspiración, son paulatinamente sustituidos por la pintura religiosa y también por la profana.

Uno de los prólogos que aparecen en este libro se debe al hijo del propietario de la colección, Miguel Ángel Carranza —fallecido recientemente—, y al que su padre, Vicente Carranza, ha querido hacer partícipe de este trabajo.