Un estudio de la nariz del feto libra a gestantes de la punción

Ocho de cada 10 embarazadas mayores de 35 años se pueden librar de la amniocentesis, la punción para extraerles líquido del vientre, analizarlo y conocer si el bebé tiene riesgo, entre otras enfermedades, de síndrome de Down.
Basta con que se hagan una ecografía de alta resolución y que un experto la analice.

La amniocentesis es temida porque  hace que una de cada 100 mujeres, aproximadamente, aborte.

Para evitarla, La Fe, el Clínico, el Peset, la Casa de la Salud, el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) y el Instituto Bernabéu de Fertilidad realizan un análisis de sangre y, durante el primer trimestre, una ecografía de alta resolución con la que los expertos estudian, entre otras cosas, el hueso de la nariz del feto. Si no está, el pequeño «tiene 175 veces más probabilidades de sufrir mongolismo», según Fernando Bonilla, jefe de

Ginecología del Clínico.

La prueba, combinada con el análisis, tiene un 90% de fiabilidad pero no es concluyente, advierte José Bellver, de la Unidad de Reproducción y Medicina Materno-Fetal del IVI.

Las mujeres a las que les sale mal (2 de cada 10) deben hacerse la punción para confirmar el diagnóstico al 100%. Ahora bien, la amniocentesis no es necesaria para las ocho restantes, aunque sean mayores de 35 años, porque la ecografía es suficientemente reveladora. Antes de que se generalizara el estudio de la ecografía, sí se la hacían, con el riesgo de aborto que comportaba.

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