Los vecinos de Canena reclaman el comienzo de obras en la N-322, cortada hace siete días tras hundirse el firme

Los vecinos del municipio jiennense de Canena están "nerviosos y se han empezado a quejar" después de que tras siete días aún no hayan comenzado las obras de la carretera N-322, que fue cortada al tráfico el domingo pasado en la travesía de dicho pueblo al hundirse el firme como consecuencia del último temporal de lluvia registrado en la zona.

Los vecinos del municipio jiennense de Canena están "nerviosos y se han empezado a quejar" después de que tras siete días aún no hayan comenzado las obras de la carretera N-322, que fue cortada al tráfico el domingo pasado en la travesía de dicho pueblo al hundirse el firme como consecuencia del último temporal de lluvia registrado en la zona.

Así lo ha destacado a Europa Press el alcalde de Canena, Juan Serrano, quien ha precisado que en la N-322 a su paso por la localidad "hay muchos negocios y los dueños están perdiendo clientela", al tiempo que resalta que el tráfico ha sido desviado por el casco urbano y supone "un peligro para los ciudadanos".

En este sentido, espera que "la incertidumbre no vaya a más", pues, "no se puede estar así eternamente". De hecho, el regidor ha enviado una carta a Demarcación de Carreteras del Estado, perteneciente al Ministerio de Fomento, reclamando que empiecen "cuanto antes" las obras, porque, recuerda, "no es la primera vez que se corta la carretera".

De este modo, el alcalde ha explicado que la tormenta descargó unos 33 litros de agua el fin de semana pasado, lo que provocó el desbordamiento del arroyo La Yedra, que se saltó los puentes y las obras de la carretera, que se terminaron en marzo.

Así, el agua entró con tal virulencia que la calzada comenzó paulatinamente a hundirse, primero dos o tres centímetros el sábado que al día siguiente iban ya por medio metro de caída del firme de la carretera.

Serrano ha detallado que la única alternativa a la circulación es por las calles de Canena, de manera que hasta que terminen las obras, la localidad soportará los 8.000 vehículos diarios que se estima que circulan por la N-322.

El alcalde ha indicado que precisamente por eso quieren que los desperfectos que se generen se subsanen y que tienen "esperanzas" en el subdelegado del Gobierno central, Fernando Calahorro, quien les ha asegurado que va a coger personalmente "el toro por los cuernos" en este asunto. En cualquier caso, no ha dejado pasar por alto las molestias que van a sufrir los comerciantes ante el volumen de tráfico.

Al respecto, quiere "garantía de que todos los desperfectos se subsanen" y exige que "se pongan las medidas de señalización y todo lo que haga falta, no queremos accidentes", ha remarcado Serrano, quien ha incidido en que a todo esto se suma que el arroyo está "totalmente fuera de control" y que desde septiembre de 2009 es la tercera vez que se desborda.

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