El actor Sandro Cordero interpreta ocho papeles en la reflexión sobre el mundo del teatro que dirige Blanca del Barrio y que, tras su estreno el 19 de mayo en el Centro de Acción Social y Cultural de Caja Cantabria, Casyc, se convertirá en la primera coproducción de dos compañías cántabras, Hilo y Escena Miriñaque.

En este espectáculo que lleva por título 'No hay actor', hay en realidad uno, Sandro Cordero, quien se enfrenta al reto que supone interpretar los ocho personajes operarios del teatro, desde la taquillera hasta el apuntador.

Son los personajes que su autora y directora Blanca del Barrio ha definido como "creadores colaterales" a los que quiere rendir homenaje en este montaje que busca "dar brillo a los que están en la oscuridad" pero logran con su trabajo que brille el del actor.

El montaje, que se ha presentado este miércoles en rueda de prensa, se convierte así en un homenaje pero también en una reflexión sobre qué es el teatro y qué es un actor.

La idea de 'No hay actor' parte precisamente de la reflexión sobre "qué es el teatro: un lugar en el que uno hace y muchos otros miran. De ahí pasamos a imaginar qué sucedería si quien hace no acudiera a su cita, si faltara el actor".

Blanca del Barrio, asistente de Marcel Marceau y autora de montajes como Dulce de Leche, Windows y El Gabinete de Curiosidades ha explicado que "el actor es una persona que alquila su cuerpo, que alquila sus emociones y su voz y se lo deja a los personajes. Los personajes siempre están fuera del actor y es éste quien les permite habitar su cuerpo".

La idea del montaje surge de una "cita fallida" entre el actor y la directora que quedaron para un primer ensayo al que el intérprete no pudo acudir.

Sandro Cordero ha trabajado en alguna de las más prestigiosas compañías teatrales del país, desde el Centro Dramático Nacional a Teatro de La Abadía, L'Om Imprebís o Laví e Bel.

Ha protagonizado Calígula, de Albert Camus, producido por L'Om-Imprebís y dirigido por Santiago Sánchez, al frente de un elenco de 12 actores, en su gira internacional, montaje, que ya pasó por la programación del Palacio de Festivales y por el que obtuvo excelentes críticas para su interpretación.

Aunque su carrera es eminentemente teatral, no está exenta de incursiones en la gran pantalla. Así, trabaja en películas como Carne de Gallina, de Javier Maqua (2000), Horas de Luz, de Manuel Matjí (2004), Reinas, de Manuel Gómez Pereira (2005), y Pájaros de papel, de Emilio Aragón (2009).