El delegado del Gobierno en Baleares, Ramon Socías, ha considerado este miércoles que la campaña electoral que se está desarrollando en la comunidad "por ahora" cuenta con "bastante sentido común" puesto que carece de "un exceso de insultos y descalificaciones", si bien ha añadido que "se puede calentar" durante los próximos días.

En declaraciones a los periodistas, Socías ha indicado tener una "visión modesta y relativa" de la campaña ya que no ha acudido a "muchos actos" y a que la sigue por lo que aparece en la prensa escrita. No obstante, ha entendido que, a diferencia de lo que sucede en otros lugares del Estado, no hay un exceso de insultos, lo que, según él, "demuestra el carácter insular más tranquilo y menos visceral".

"No dudo que igual, cuando se esté llegando al final de la campaña, se pueda calentar un poco más" y se pueda producir "algún exabrupto" de los que ha considerado que es probable que él mismo no será ajeno.

Por otra parte, preguntado por el hecho de que el Congreso rechazase, con los votos en contra de los socialistas, que el Gobierno transfiera el fondo de competitividad a Cataluña, el delegado ha afirmado que no cree que el presidente del Govern, Francesc Antich, les pidiese a sus diputados que "rompiesen" la disciplina de voto.

En este sentido, ha hecho hincapié en que este tema se trata de una negociación entre el Gobierno central y el autonómico, "y no una artimaña política de, a diez días de las elecciones, un partido que no se ha distinguido por tratar bien a Baleares vote a favor de esto, cuando estamos escuchando que su representante en Baleares dice que rechaza el copago pero no lo descarta aplicar", ha señalado en referencia al PP.

Así, Socías ha entendido que este asunto se debe "poner entre paréntesis" al estar "contaminado por las elecciones" ya que CiU "sabe que esto no se resuelve por votación, sino por una negociación entre la Generalitat catalana y el Gobierno central porque es un tema de financiación de Cataluña". Según ha opinado, se trata de una "coartada" de los miembros de CiU para "tirar las culpas hacia otro lado".