La Alianza por la Unidad del Campo, conformada por UPA y COAG en Castilla y León, ha cifrado este lunes en un total de 2.820.000 euros las pérdidas originadas en los últimos años por los lobos en la cabaña ganadera de la Comunidad Autónoma como consecuencia de los 2.859 ataques que tienen contabilizados estas dos organizaciones profesionales agrarias, que han admitido que pueden ser muchos más.

Según han precisado los dirigentes regionales de ambas organizaciones, Julio López, de UPA, Aurelio Pérez, de COAG, el valor económico de las pérdidas causadas en la cabaña ganadera por los ataques de lobos en el pasado año supera el millón de euros, una cifra "muy superior" a la "irrisoria" cantidad de 120.000 euros comprometidos por la Consejería de Medio Ambiente para pagar la franquicia de los seguros que tienen que suscribir los ganaderos para hacer frente a esas pérdidas.

Los dirigentes de UPA y COAG han advertido de que a esas pérdidas económicas por la muerte de ovejas, vacas, cabras o caballos hay que sumar otros daños colaterales derivados de los animales heridos que hay que sacrificar o de las consecuencias del estrés causado por los ataques de los lobos, como mayor infertilidad, abortos o menor producción de leche.

Tras recordar a la consejera de Medio Ambiente, María Jesús Ruiz, que una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León exime a los ganaderos de la obligación de suscribir los seguros para proteger a su cabaña del ataque de los cánidos —fallo que ha sido recurrido por la Administración regional—, López y Pérez han acusado a Ruiz de "maniobrar", "enredar" y de "buscar artimañas" para no subsanar económicamente esas pérdidas.

Los responsables de la Alianza por la Unidad del Campo han cargado también contra el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, al que han acusado de haber incumplido su compromiso de reunirse periódicamente con las organizaciones profesionales agrarias para analizar asuntos medioambientales, como sí hace en materia de agricultura y ganadería, como consecuencia, a su juicio, de la actitud de una consejera que no tiene voluntad de entendimiento con el sector ganadero.

"No puede ser que la consejera se niegue a pagar las indemnizaciones por los daños causados por el lobo cuando es responsabilidad total y absoluta de la Junta porque les protege", ha aseverado Julio López, quien, tras calificar de "totalmente dramática" la situación que se vive en algunas zonas de Castilla y León, ha lamentado que la Junta opte por proteger a los lobos antes que a la ganadería extensiva de la Región.

"o lobos o ganaderos"

"O lobos o ganaderos", han retado los dirigentes de la Alianza por la Unidad del Campo, que han insistido en su advertencia a la Junta de que los lobos son incompatibles con la ganadería extensiva, ante lo que han reclamado medidas efectivas para controlar las poblaciones de cánidos en Castilla y León, donde hay censadas más de 200 manadas que se extienden ya por la mayor parte de la Comunidad Autónoma, con especial presencia en Ávila, Zamora y Salamanca, y con una creciente proliferación en Segovia, Burgos y parte de Palencia.

López ha asegurado al respecto que ambas OPAs aconsejan a los ganaderos que no tomen la justicia por su mano y respeten las normas que dicta la justicia para la protección de los lobos si bien ha asegurado entender que los ganaderos que sufren los ataques "tomen las medidas que tengan que tomar" para defender "sus explotaciones, su vida y el plan de sus familias".

Los responsables de la Alianza por la Unidad del Campo han advertido también a la consejera de Medio Ambiente de que la solución a los problemas causados por los lobos no está en la posibilidad de que esta especie sea cazable al sur del Duero sino en un plan de contención del lobo y en indemnizaciones de las pérdidas a precio de mercado.

Por su parte, José Manuel Soto y Jesús González, dos ganaderos que han sufrido las consecuencias de los ataques del lobo en sus cabañas, han puesto sobre la mesa los problemas concretos originados por estos animales a los que se han referido como "alimañas que no se dejan ver" que van a llevar a la desaparición del sector ganadero en Castilla y León y, como consecuencia, de los pueblos.

"hartos" de las consecuencias

"Estamos hartos de sufrir las consecuencias de la fauna silvestre", ha continuado Jesús González, que ha acusado también al colectivo ecologista de "estar comiendo de caliente" a costa de los ganaderos. Este ganadero ha abogado por que se permita a los agentes forestales abatir a los lobos que causen daños. "No pasa nada", ha defendido González, que ha aclarado que este sector no pide el exterminio de los cánidos, sólo su control y medidas "serias, no propaganda".

Los ganaderos han augurado asimismo que si no se pone freno a la actual población de lobos que hay en Castilla y León se extenderán por todo el país, como está ocurriendo ya en las zonas limítrofes, con el peligro de que se adapten a las nuevas circunstancias e incluso "se urbanicen".

Según han relatado, los ganaderos están organizado patrullas nocturnas para evitar el ataque de lobos con medidas como tocar los claxon de sus vehículos, encender hogueras y hasta dejar una radio encendida con música para que se oiga voz humana para persuadir a los cánidos.