Más de un millón de peregrinos asisten a la beatificación de Juan Pablo II

  • Cientos de miles de peregrinos hicieron cola durante días.
  • Los primeros llegaron procedentes de Polonia, país natal del pontífice.
  • Algunas fuentes cifran el coste de la celebración en cinco millones de euros.
  • Síguelo en directo a través de este enlace.
La plaza de San Pedro del Vaticano, en las horas previas al amplio despliegue de seguridad que supondrá la beatificación de Juan Pablo II.
La plaza de San Pedro del Vaticano, en las horas previas al amplio despliegue de seguridad que supondrá la beatificación de Juan Pablo II.
Carmen Postigo / EFE
La plaza de San Pedro del Vaticano, en las horas previas al amplio despliegue de seguridad que supondrá la beatificación de Juan Pablo II.

Más de un millón de fieles asisten este domingo a la beatificación de Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro de Roma. Así lo ha estimado el prefecto de Roma, Giuseppe Pecoraro, que expresó su confianza en la buena marcha de la ceremonia para "honrar la memoria del papa Wojtyla".

Cientos de miles de peregrinos llegaron a la Ciudad Eterna. Los primeros llegaban este jueves, en varios autobuses procedentes de Polonia, país natal del predecesor de Benedicto XVI, y de Francia.

"Todo está preparado. Todo el gobierno estará el domingo en la plaza", aseguraba el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sin referirse a los polémicos costes del evento. En cinco millones de euros cifraba este viernes el diario italiano La Repubblica el coste de la celebración, una cantidad que en gran parte sería costeada por el Ayuntamiento de Roma, con ayuda del Ejecutivo italiano y de las aportaciones de los fieles. Las cifras de La Repubblica eran desmentidas poco después por el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, que sin embargo noquiso hablar de cifras. "Más adelante haremos cuentas y presentaremos el importe de los gastos efectivos, tras lo cual deberá haber una intervención del Gobierno que nos echará una mano para asumirlos".

El féretro con los restos de Juan Pablo II fue sacado del sepulcro que ocupaba en las Grutas vaticanas y colocado sobre un catafalco ante la monumental tumba de San Pedro. Este domingo es proclamado beato por Benedicto XVI quien, junto a los cardenales que ofician la ceremonia, acuden en procesión hasta la Basílica para postrarse ante el féretro.

14 pantallas para seguir el acto

La zona del altar donde el papa Benedicto XVI beatifica a su predecesor ha sido adornada con plantas que contrastan con el mármol travertino y con las oscuras sillas preparadas para las delegaciones oficiales que llegan de todo el mundo. El resto de fieles han tenido que madrugar y acercarse lo más posible al lugar de la ceremonia o seguirla desde la parte media y trasera de la plaza o desde la avenida que da de ella, Via de la Conciliazione, por las 14 pantallas preparadas para este propósito.

Una gran pantalla de vídeo colocada a la izquierda de la plaza narra con imágenes el pontificado del próximo beato, y muy cerca, un enorme fotografía de Juan Pablo II con la tez morena, mechón blanco sobre la frente y aferrado a una cruz de metal, centra las miradas y los flashes de los peregrinos. Entre cada una de las imponentes columnas de la plaza se ha colocado una letra, de manera que desde muy lejos se puede leer una frase: "Abrid las puertas de Cristo".

La mexicana Emma Torres y sus hijas Mercedes y Susana llegaron desde México para honrar a Juan Pablo II: "Era un hombre que llegaba al pueblo, un hombre carismático. Fue un líder de su tiempo", asegura la madre. Su hija Susana explica que además el papa "estuvo muy cerca de los conflictos y fue crucial para el fin de la Guerra Fría". En la plaza se escucha hablar polaco, pero también italiano, francés, alemán, inglés y mucho español.

Desde Panamá llegó el sacerdote Julio Román quien resalta la capacidad del Juan Pablo II, al que muchos llaman el Grande, "para comunicarse con la juventud, además de su manera sencilla de transmitir lo profundo de la salvación en Cristo". Entre la muchedumbre que sale de la Basílica de San Pedro, un grupo de muchachas españolas de Andalucía, Córdoba, Ciudad Real, Jaén y Barcelona aseguran haber hecho "un esfuerzo económico" para llegar a Roma y abogan porque Juan Pablo II sea "¡santo ya!".

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