El Juzgado de lo Social número 6 de Santander ha declarado improcedente el despido del gerente del sindicato ganadero Ugam-Coag, Roberto Gutiérrez, una medida que se justificó en una serie de irregularidades, pero que los tribunales rechazan alegando que en el cese de la actividad laboral se le trató como si fuera personal directivo cuando, en sentido estricto, no lo era.

En febrero de 2011, el secretario general del sindicato, Gaspar Anabitarte, comunicó al gerente su despido, enumerando entre los motivos cuestiones como que no existieran facturas por el alquiler de las oficinas, los pagos a través de dietas en lugar de por nóminas, descuadres en las cuentas, salidas de dinero sin factura o transferencias a favor de empleados de los que se desconocía si efectivamente trabajaban en el sindicato, entre otros.

En el contrato de trabajo que suscribieron en su día se le encuadró en la categoría de gerente, pero, según precisa la sentencia, los puestos directivos del sindicato, tal y como recogen sus estatutos, no incluyen como tal al gerente.

El fallo razona que pese a que gestionaba las cuentas e incluso acudía a reuniones de manera individual, el gerente en realidad no tenía autonomía de decisión respecto a Anabitarte, por lo que no se le puede considerar como personal directivo.

Y por este motivo declara improcedente el despido, y da al sindicato dos opciones: o que readmita a este trabajador o que le indemnice con 48.197 euros.

Clima laboral "contaminado" en ugam

La sentencia la ha difundido el propio Gutiérrez, quien ha llamado la atención sobre el clima laboral "contaminado", con "presiones y coacciones", que sufren los trabajadores del sindicato.

"Instarles a cambiar los contratos de trabajo ó interrogarles por escrito sobre si alguno está colaborando con miembros del consejo regional son actitudes irracionales en una organización que pretende ser democrática", advierte el denunciante.

En un comunicado, agradece los apoyos recibidos y reivindica su gestión, mientras que incide en que "la toma de posesión del nuevo secretario general, Gaspar Anabitarte, ha coincidido el punto de inflexión en el sentido que la organización ha pasado de tocar techo en su crecimiento" a, "desgraciadamente", "precipitarse al abismo si los afiliados no lo impiden ante el SOS instaurado".