Condenan a un hombre a año y medio de cárcel por agredir a tres agentes que le instaron a irse de un local

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre a cumplir una pena de un año y medio de prisión por agredir a tres agentes que le instaron a abandonar un bar, ubicado en la calle Maestro Rodrigo, en el que estaba manteniendo una disputa.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre a cumplir una pena de un año y medio de prisión por agredir a tres agentes que le instaron a abandonar un bar, ubicado en la calle Maestro Rodrigo, en el que estaba manteniendo una disputa.

De esta manera, el tribunal ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por la abogada del hombre contra la sentencia del juzgado de lo Penal número 4 de Valencia, que le condenaba a esta pena y a pagar una multa de 10 euros diarios durante ocho meses por un delito de atentado; otro de lesiones; dos faltas de lesiones; y un delito de daños.

Según consta como probado en la sentencia, sobre las 22.10 horas del 2 de octubre de 2008, el hombre mantuvo una discusión en el interior de un bar ubicado en Valencia. Como consecuencia, se personaron en el lugar tres agentes de Policía Nacional y le instaron a abandonar el establecimiento.

En ese momento, el hombre comenzó a golpear sorpresivamente a los tres policías. A uno de ellos le causó un hematoma en la mano derecha; a otro una contusión en el antebrazo derecho; y al último una contusión en la pierna izquierda. Una vez reducido en el móvil policial, comenzó a dar patadas en el interior, dobló la puerta trasera izquierda y fracturó el cristal. Los daños que causó ascendieron a 619,44 euros.

El tribunal, pese al recurso del condenado por vulneración del principio de presunción de inocencia por versiones contradictorias, estima que la sentencia del juez "razona y justifica" la condena del hombre.

Según constaba en esta resolución, el hombre negó cualquier participación en el delito que se le imputa, y alegó exculpatoriamente que cuando se personaron los agentes en el bar, le invitaron a que saliera. Cuando lo esposaron —según su versión— gritaba que le hacían daño y que tenía muchos dolores.

También dijo que salió del establecimiento esposado, y que en ningún momento opuso resistencia. Asimismo, explicó que las lesiones que sufrieron los agentes se las hicieron ellos mismos. No obstante, la magistrada consideró que su autoría quedaba acreditada por la testifical de los agentes en la vista oral, cuyo testimonio no ha quedado acreditado que estuviera viciado por animadversión o prejuicio contra el hombre, a quien no conocían previamente a la actuación puramente profesional que desencadenó los hechos. "La declaración de estos agentes estuvo revestida de los requisitos exigidos por la jurisprudencia para dar validez probatoria a la declaración del denunciante", apuntó.

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