Autor o autores desconocidos han penetrado la pasada noche en el Ayuntamiento de Quintanilla de Onésimo (Valladolid) y han ocasionado importantes daños en el interior, concretamente en su segunda planta, que ha amanecido con todas sus puertas y cajones "reventados", si bien los 'cacos' tan sólo se han hecho con un botín que no supera los cien euros.

El desolador panorama que presentaban las instalaciones municipales ha sido descubierto en primer lugar, sobre las 08.00 horas, por el administrador municipal, que al acceder al segundo piso del Consistorio se ha encontrado con que la totalidad de las puertas y cajones del mismo, tanto del despacho del alcalde como de la secretaría, el CEAS, la habitación reservada para los grupos municipales, Administración y otros habitáculos contiguos habían sido forzados.

El teniente de alcalde de Quintanilla, el independiente Carlos García Revenga, en declaraciones a Europa Press, ha explicado que los años son "abundantes" pero, en cambio, ha precisado que el autor o autores del robo se han llevado "calderilla", en alusión a una cantidad no superior a los 100 euros que había en el despacho de Administración y que normalmente se utilizan para pagar certificados de Correos y otros menesteres.

García, que ha presentado la oportuna denuncia en el Cuartel de Quintanilla, no descarta que los 'cacos' aprovecharan un descuido ayer por la tarde para penetrar en las instalaciones municipales y esconderse acto seguido en los servicios, a la espera de que todos los empleados abandonaran el Ayuntamiento.

"La puerta principal no estaba forzada, de ahí las sospechas de que pudieran aprovechar para colarse en el edificio entre las 18.30 horas, cuando se ausentó el administrativo, y las 19.00 horas, cuando se marchó el último operario", ha añadido el concejal independiente.

El último episodio de este tipo sufrido en el Ayuntamiento de Quintanilla, tal y como ha recordado García, se produjo hace una decena de años cuando intentaron robar varios tomos de la enciclopedia de Espasa que se encuentra en el despacho de Alcaldía, aunque en aquella ocasión la Guardia Civil dio con los autores y recuperó los ejemplares.