El presidente de Convergència per les Illes, Josep Melià, se presenta a las elecciones del 22 de mayo con el convencimiento y la seguridad de obtener representación política en las tres principales instituciones de las islas. "Tenemos la fortaleza suficiente como para obtener unos magníficos resultados", enfatiza.

En una entrevista concedida a Europa Press, Melià recalca que se tras el hundimiento de UM ha puesto en marcha un nuevo proyecto político con la firme determinación de presentarse a la ciudadanía como un "nuevo partido" desligado totalmente de la antigua UM.

Convergència, explica su presidente, se mueve en un espacio político de centro regionalista que "no está cerrado" y que "se amplía", ya que en los últimos meses ha experimentado cambios que pueden atraer a nuevos votantes que anteriormente se decantaban por otras corrientes y que ahora se ven atraídos por el nacimiento de nuevas formaciones como CxI o la Lliga Regionalista.

Así, a raíz del desmantelamiento de UM y el surgimiento de CxI y la LLiga, Melià ve "evidente" que puede haber gente que se haya quedado "por el camino", pero también hay gente que "se está incorporando". En esta línea, señala que puede haber personas que se vean atraídas por lo que implica un nuevo proyecto político "que supone un cambio, que supone un lanzamiento, que supone una ruptura clara y una nueva manera de hacer política".

Sobre su pasado político más inmediato, Melià insiste: "no tiene nada que ver una cosa con la otra", ya que UM y Convergència "no tienen ninguna relación; he iniciado un proyecto político nuevo y totalmente distinto".

Aun así, Melià es consciente de la situación judicial que envuelve el partido, y en este sentido, señala que si la Justicia impone una condena a UM —sobre la que pesa una fianza de 1,6 millones de euros—, "el partido tendrá que afrontarla con los bienes de que dispone", indica, y, en caso de no haber fondos suficientes, (la formación) "respondería como cualquier persona jurídica".

Enterrada UM, CxI cuenta hoy más de mil solicitudes de afiliados, si bien el partido no se ha centrado de lleno en ello puesto que ofialmente la formación no fue dada de alta en el registro hasta el 28 de marzo y desde entonces el partido ha estado ocupado en otros temas como la elaboración de las listas electorales.

Convergència presentará candidaturas en 40 municipios de Mallorca y tiene la colaboración de militantes en el resto de pueblos de la isla, lo que para el presidente de este partido supone "un éxito", puesto que "demuestra la estructura y la solidez" de su proyecto.

En cuanto a la posibilidad de alcanzar pactos políticos con otras formaciones, Melià opta por no "hacer hipótesis" hasta después de las elecciones y prefiere decantarse por la defensa de su programa electoral y de sus ideas. Así, ha indicado que actualmente el panorama político está "absolutamente abierto" y que, tras "el veredicto" de la ciudadanía en las elecciones, será el momento de estudiar si hay que configurar pactos o no.

Su mayor apuesta:

La lucha contra la crisis económica

En referencia al contenido de su programa electoral, Melià ha remarcado que su mayor apuesta es la lucha contra la crisis económica, a la cual pretenden hacer frente desde el refuerzo del sector turístico, "que es la gran industria económica del país y la cual necesita atención y dedicación".

Así, ha indicado que para CxI una de las claves fundamentales es la aprobación de una nueva Ley General Turística que afronte el "gran reto" de determinar qué se debe hacer con la oferta turística obsoleta "que está distorsionando el mercado".

Para CxI, una "pequeña" parte de esta oferta turística obsoleta se debería de reconducir hacia los condohoteles, si bien habría otra parte que tendría que desaparecer y para la que habría que buscar las fórmulas más adecuadas, como los cambios de usos de edificios, las expropiaciones o el intercambio de aprovechamientos, propuesto por parte del sector.

Otro de los "retos importantes" para este partido es la reconversión de las zonas turísticas para hacerlas "más atractivas, con más espacios verdes, más espacios deportivos, más embellecimientos y con más actividades complementarias".

Asimismo, ha puesto en valor la necesidad de trabajar en la creación de "nuevos productos" turísticos enfocados a potenciar otro tipo de oferta como la natural, gastronómica, cultural o deportiva, como el turismo de golf o el náutico. Todo ello, ha apostillado, manteniendo el segmento "consolidado e importante" que supone el turismo de "sol y playa" que caracteriza a las islas.

Por otra parte, Melià ha considerado que es "fundamental" para el sector industrial que se apruebe en la próxima legislatura el nuevo Régimen Económico Especial para Baleares (REB), previsto en el Estatuto de autonomía. El nacionalista ha recordado que este instrumento tiene que compensar los costes derivados de la insularidad y, por tanto, "dar más competitividad a la industria balear".

Además, también ha señalado que si realmente se considera que el sector primario tiene un papel estratégico en las islas, se le tendría que dar "un peso específico". En este sentido, ha agregado que el área de agricultura y pesca debería contar con un departamento propio dentro del Govern o, como mínimo, estar ligado a la Conselleria de Medio Ambiente.

Educación y políticas sociales

Respecto a las políticas sociales, ha destacado la importancia de convertir el antiguo edificio de Son Dureta en una "ciudad sociosanitaria" en la que se atiendan enfermedades "que actualmente no tienen una ubicación correcta y satisfactoria", como las patologías mentales o las discapacidades. Esta idea va en la línea de la propuesta que hizo el Govern para el uso de esta infraestructura, la cual pretende dedicar a la atención de enfermos mentales, mayores y pacientes crónicos, entre otras cosas.

En materia educativa, los nacionalistas apuestan por aumentar los recursos de este departamento, combatir los ratios "excesivos" de alumnos por profesores, así como "dar más protagonismo a la familia y docentes".

Además, ha enfatizado que tendría que haber "un consenso" entre todos los partidos en educación para que "las reglas del juego" en este ámbito no se vieran modificadas cada cuatro años en función del gobierno que haya y "por intereses partidistas".

En este sentido, se ha mostrado contrario a la intención del PP de quitar peso a la lengua catalana dentro de la enseñanza con la derogación del Decreto de Mínimos o la libre elección de lengua en los centros. Para Melià, "el Decreto de Mínimos es un buen instrumento para regular el peso de las lenguas dentro de la escuela", el cual "hizo el Partido Popular", ha recordado. "No entendemos que ahora quiera ir en contra de sus propias decisiones".