KME solo contempla traspasar la fundición y no se plantea vender Locsa al completo, aunque no la descarta

KME Group, propietario de Locsa en Córdoba, ha confirmado este martes en Munich (Alemania), en la reunión de la Ejecutiva del Comité Europeo de dicha multinacional italoalemana, que no hay marcha atrás respecto al anuncio de cierre para la factoría cordobesa, cuya fundición podría traspasar y, aunque no contempla vender la planta al completo, tampoco la descarta.
Trabajadores De Locsa En Una Concentración Contra El Cierre De La Fábrica
Trabajadores De Locsa En Una Concentración Contra El Cierre De La Fábrica
EUROPA PRESS
Trabajadores De Locsa En Una Concentración Contra El Cierre De La Fábrica

KME Group, propietario de Locsa en Córdoba, ha confirmado este martes en Munich (Alemania), en la reunión de la Ejecutiva del Comité Europeo de dicha multinacional italoalemana, que no hay marcha atrás respecto al anuncio de cierre para la factoría cordobesa, cuya fundición podría traspasar y, aunque no contempla vender la planta al completo, tampoco la descarta.

Según han dicho a Europa Press fuentes del comité de Empresa de Locsa, en dicha reunión de Munich, entre representantes de los trabajadores del grupo en cinco países europeos y altos cargos de la compañía, a la que ha asistido el presidente del comité de empresa de Locsa, Francisco Pozuelo, como único representante por los empleados españoles, se ha informado que el cierre de la fábrica cordobesa está "decidido, tanto por el consejo de administración del grupo, como por sus accionistas", debido a los resultados negativos que, a su juicio, está cosechando Locsa, dedicada a la producción de laminados y derivados de cobre y zinc.

A partir de ahí y después de que Pozuelo defendiera, en contraste con la postura de la cúpula de KME, la rentabilidad de la fábrica cordobesa, la multinacional propietaria de la misma ha dejado claro que, "en principio, solo está dispuesta a traspasar la fundición" de Locsa, lo cual, según el comité de empresa de la factoría cordobesa, "no soluciona nada, ya que la fundición con la carga de trabajo al máximo solo daría empleo a 15 personas", de las 120 (30 de ellas prejubiladas) que conforman la actual plantilla, después de sufrir varios recortes y tras el desvío, a otras fábricas del grupo, de pedidos que tradicionalmente servía Locsa a clientes de varios países de Europa, del Norte de África y de Estados Unidos.

En cuanto a la posibilidad de vender la fábrica cordobesa al completo a otro inversor, para que mantenga la producción metalúrgica en Córdoba, desde la alta dirección de KME se ha dicho este martes en la reunión de Munich que "en ningún momento se había planteado el grupo vender la planta entera, pero que, aún así, no cerrará la puerta a alguien que pueda estar interesado".

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