Condenan a cuatro años de cárcel al dueño de un bar por causar ruido

La Audiencia de Barcelona ha condenado a cuatro años de prisión al propietario de un bar del barrio barcelonés de Gracia por provocar ruidos que impedían el descanso de los vecinos.Se trata de la mayor pena impuesta hasta ahora en España por un caso de contaminación acústica.

En la sentencia, la sección tercera de la Audiencia de Barcelona condena al dueño del bar "El Portet" de Barcelona, Dionisio M.R., por un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente.

La sentencia le obliga a indemnizar con 32.000 euros en total a cuatro vecinos por los daños que causó a su salud psíquica e intimidad personal.

Además, el tribunal ha impuesto una inhabilitación especial de tres años para ejercer una actividad industrial relacionada con la restauración a Dionisio M.R., que deberá pagar también una multa de 8.640 euros.

El bar será clausurado de manera provisional por un período de tres años.

No tenía licencia

La sentencia reprocha al condenado que mantuviera abierto el bar sin disponer de licencia, pese a haber sido precintado en dos ocasiones por el consistorio, pero también lamenta la "incomprensible actuación de los servicios del Ayuntamiento que no ha sido capaz de atajar cuanto antes esta problemática".

"No le falta razón al fiscal cuando, en su informe final, puso en evidencia la ineficacia administrativa para atajar un problema como el denunciado (...) "

Según cree probado el tribunal, que absuelve al socio de Dionisio M. porque no participó en los hechos, el condenado inició en julio de 2003 la actividad de bar restaurante sin la preceptiva licencia de funcionamiento y apertura.

La licencia no fue concedida porque el local no había sido insonorizado como exige el Ayuntamiento.

La actividad del bar provocó sucesivas y reiteradas denuncias de los vecinos, cuatro de los cuales ejercieron la acusación particular, "dado que los ruidos provocados por la actividad de restauración y su maquinaria les impedían en horas nocturnas el necesario descanso y sueño".

La sentencia considera probado que las actividades del bar, que organizaba numerosas cenas de empresa y despedidas de soltero, provocaron "una continuada situación de insomnio y estrés" a los vecinos y en dos de ellos "ha derivado incluso en el desarrollo de un cuadro clínico ansioso-depresivo que ha precisado tratamiento farmacológico y homeopático".

El tribunal lamenta en su fallo la "escasa prioridad dada al ruido debido a que, en parte, se trata de un problema local que adopta formas muy variadas" y añade: "no parece que la sensibilización por esta concreta problemática haya alcanzado todavía los niveles de inaceptabilidad y reprochabilidad que otras conductas tipificadas en el mismo precepto legal merecen".

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