Martínez de Pisón se decanta por novelar la transición antes que lo contemporáneo, "complicado con el móvil y ordenador"

Cree que el comunismo en España tuvo "la misión breve e histórica de luchar contra el franquismo, ceder en la transición y luego desaparecer por innecesario"
El Escritor Ignacio Martínez De Pisón
El Escritor Ignacio Martínez De Pisón
EUROPA PRESS
El Escritor Ignacio Martínez De Pisón

El escritor Ignacio Martínez de Pisón acaba de publicar la novela 'El día de mañana' (Seix Barral) en la que parte "del consenso social que existe sobre la transición", época por la que se decanta en su literatura antes que "escribir sobre la estricta contemporaneidad", dado que, a su juicio, "el mundo se ha vuelto más complicado desde la aparición del teléfono móvil y el ordenador, y las cosas que ocurren en mis novelas no podrían ocurrir".

Así lo ha manifestado este jueves en la Biblioteca Infanta Elena en un acto organizado por el Centro Andaluz de las Letras (CAL), a lo que el escritor ha añadido que prefiere la transición porque "no hay debate ni polémicas; no así con la Guerra Civil, donde puedo recibir palos por todas partes de los lectores en función del bando".

En este sentido, hace hincapié en que "durante los últimos años se le muestra más atención a la transición por parte de los novelistas", de hecho, en su caso, hace años que ambienta sus historias en esta época como recoge desde 'Carreteras Secundarias' hasta 'El tiempo de las mujeres'. Y es que, según comenta, "han sido años muy importantes desde el punto de vista literario, puesto que en ellos me formé y empecé a pensar por mí mismo".

De este modo, describe que "la transición fue una época muy convulsa y no te acabas de creer que las cosas salieran al final relativamente bien". Una etapa que, a su juicio, "se hizo porque la clase media estaba madura para hacerla y era la consecuencia de su cohesión durante los años 60, donde no se podía vivir con las libertades propias de un país democrático".

Aún así, subraya que "no hay que quitarle méritos a las fuerzas políticas y sociales por el cambio gigantesco", si bien, agrega, "la transición española no se puede llevar como modelo a otros países, porque teníamos unos cien atentados o miles de heridos al año, algo que era normal".

Posteriormente, "el 23-F fue lo que precipitó y consolidó la democracia que hay ahora", además a ello, según Martínez de Pisón, contribuye "el comunismo que en España tuvo la misión breve e histórica de luchar contra el franquismo, ceder en la transición y luego desaparecer, porque ya era innecesario".

Al respecto, declara que "los grandes méritos de la lucha antifranquista hay que reconocérselos a los comunistas y otras organizaciones parecidas", que, tal y como defiende, "fueron los únicos que tuvieron el coraje y capacidad para organizarse".

No obstante, proclama, "los escritores nos movemos en la justicia poética y es muy fácil decir cómo tenían que haber sido las cosas, pero en aquel momento ningún ciudadano hubiera sido capaz de pedir responsabilidades políticas a ex ministros de Franco, aunque el régimen debería haber sido llevado a los tribunales". Por ello, "a los novelistas nos queda el recurso de reinventar la realidad".

"la historia de una degradación"

En cuanto a la novela 'El día de mañana', el escritor simboliza con el título que "la vida era provisional y todo estaba aplazado a la espera de lo que se produjera con la muerte de Franco y el régimen cambiara". En general, se trata de "la historia de una degradación" por la condición de confidente y "chivato" del protagonista, Justo Gil, que se enmarca en la represión franquista a la clase media de los años 60 en Barcelona.

No en vano, a juicio de Martínez de Pisón, "hay pocos personajes que puedan ser más viles que el delator: una persona condenada por su condición a traicionar a los que están a su lado y a vivir sin afectos, capaz de comerciar con el cariño y el amor", de manera que "todo para él está en venta".

Asimismo, los otros dos grandes protagonistas de la novela son un policía franquista, "que protege a Justo y al mismo tiempo el saca información", y una mujer, "que es la persona con la que Justo comete un error y la verá como lo único puro y limpio que hubo en su pasado".

Tras tres años escribiendo el libro, el autor ofrece la historia de Justo, un emigrante recién llegado a Barcelona que acaba convirtiéndose en confidente de la Brigada Social, la policía política del régimen franquista, "que persigue los delitos políticos que ahora son derechos".

En concreto, Justo es un personaje "turbio", incapaz de escapar de su pasado, que se convierte en chivato porque todo se lo debe al régimen y hace de hilo conductor de la historia uniendo la vida de todos los personajes.

Aunque hasta 1982 el autor no vivió en Barcelona, ha recreado la ciudad de esa época con ayuda de lecturas y de encuentros con algunos periodistas y ex policías. Si bien, intenta alejarse de la Barcelona que sale en las novelas, de hecho, avisa, "no sale ninguno de los clichés habituales de las novelas barcelonesas como el Liceo o la Sagrada Familia".

El final del régimen es uno de los escenarios más escogidos por Martínez de Pisón, quien trabaja en un proyecto para la adaptación al cine de la vida del comisario Antonio Juan Creix, "uno de los grandes torturadores franquistas, chivo expiatorio del régimen y que fue condenado por acusaciones inventadas relacionadas con su paso por Sevilla", adelanta el escritor.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento