El ministro Ángel Gabilondo: "Cuando alguien me cae mal es porque se parece a mí"

  • El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, acaba de publicar el libro 'Sin fin'.
  • Antes publicó 'Alguien con quien hablar' y 'Contigo'.
  • Asegura que muchas de las cosas de las que habla en el libro las ha escrito para ver si puede "llegar a pensarlas".
Ángel Gabilondo presenta el libro 'Sin fin'.
Ángel Gabilondo presenta el libro 'Sin fin'.
Jorge París
Ángel Gabilondo presenta el libro 'Sin fin'.

El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, aparca la política en esta entrevista y da rienda suelta a sus reflexiones más personales en el libro Sin fin (Aguilar), un mundo casi lírico.

¿Es este libro su manera de no quedarse callado?

Sí, es muy difícil quedarse callado. Incluso en silencio se dicen muchas cosas. Muchas de las cosas que digo en el libro es para ver si puedo llegar a pensarlas. Es también una manera de compartir cosas que nos pasan a todos.

¿Qué asuntos solo se conocen cuando se hablan?

El mundo de los afectos, sentimientos, convicciones, decisiones. Es un mundo en el que hay que decir a los demás. Cuando estoy solo no hablo así.

¿No le da pudor?

Si no lo pienso, sí. Hablar de sentimientos lo da; pero cuando lo pienso, me da menos, porque lo que escribo le pasa a mucha gente. Y no perdemos la dignidad por decirlo.

¿Y miedo a que se malinterpreten las cosas?

Más en política que en el mundo de los afectos. No saberme explicar me da miedo... Pero, bueno, ni soy ni me considero escritor. Ir de escritor no siéndolo es patético. Me gusta escribir como si estuviera conversando. Yo siempre quiero conversar; es divertido, te da versiones distintas de ti mismo y te recrea. Hay gente que no ha conversado nunca. Creo en la conversación como búsqueda.

¿A quién lee usted?

Leo filosofía, poesía y ensayo; soy menos lector de novelas, con ellas siempre tengo que volver atrás. Me gusta mucho lo fugaz. Y recomendar no, pero sí compartiría Cartas a Lucilio, de Séneca. Y recomiendo escribir cartas a mano.

"Me gusta la gente austera", dice en su libro, ¿porque lo es usted o justo por lo contrario?

Cuando alguien me cae mal es porque se parece a mí. Por eso cuando valoro algo estoy reconociendo alguna carencia. Austeridad y sencillez son joyas que hay que perseguir.

¿Cree que podemos aprender a ser sencillos y austeros?

Bueno, si uno habla bien todos los días de alguien acaba mejorando. Lo que no se puede uno proponer, por ejemplo, es ser una persona simpática o graciosa; eso es horrible.

¿Y qué practica usted?

Ando todos los días 7 km en una hora. Y ese tiempo (en silencio) me ayuda. A veces retirarse y pensar, tomar distancia en la pura acción es bueno.

¿Por qué escasea tanto la gente austera?

Porque vivimos en una sociedad con una escala de valores de riqueza, poder y posesión que ha llevado a un deslumbramiento que nos hace infelices.

En un texto parece que dijera que a veces el amor puede ser simplemente compañía...

Acompañarse es muy importante. La soledad no te la quita nadie, pero la compañía hace que sea más fácil.

¿Qué no recomendaría nunca?

Limitarse a creer en una recomendación. Hay que dudar un poco incluso de lo que uno cree. Jamás recomendaría la resignación o el miedo. Incluso en lo irreversible hay que luchar.

Biografía

Nacido en San Sebastián, este catedrático de Metafísica ha publicado, entre otros libros, Alguien con quien hablar y Contigo.


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