Un hombre acepta dos años de cárcel por llevarse a la fuerza a su hijo para que su expareja volviera con él

Un hombre ha aceptado este martes en la sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia cumplir una pena de dos años de prisión por llevarse a la fuerza a su hijo para que su expareja, que había roto la relación, volviera con él. Cuando la chica regresó a por el menor, la retuvo durante 11 días en el domicilio conyugal, ubicado en el municipio valenciano de Carlet.
El Acusado, Ante El Tribunal En La Audiencia
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EPTV
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Inicialmente, el ministerio fiscal pedía para este hombre la pena de siete años de cárcel por un delito de detenciones ilegales, otro de amenazas y dos faltas de injurias, aunque finalmente se ha llegado a un acuerdo con la defensa por el que cumplirá dos años por un delito de coacciones y las dos faltas. Además, no podrá aproximarse a su expareja a menos de 300 metros durante un periodo de tres años.

El letrado del acusado, Günter Rüdiger, ha explicado, en declaraciones a los medios de comunicación, que tiene previsto solicitar la suspensión de la pena impuesta con el objetivo de evitar la prisión —esta petición siempre se puede plantear cuando la condena es como máximo dos años—. No obstante, el procesado ya se encuentra en prisión preventiva pero por otros delitos que cometió tras este hecho, y por los que todavía no se le ha juzgado.

El hombre mantuvo una relación sentimental análoga a la conyugal con la víctima durante dos años, fruto de la cual nació un hijo. Los tres vivían en un domicilio de Carlet. El día 3 de agosto de 2009, se personó en el lugar en el que su expareja estaba pasando las vacaciones con su hijo y con sus padres, y le arrebató al menor, con el objetivo de que la mujer volviera con él al domicilio común, algo que consiguió.

El procesado, que en ningún momento aceptó que su relación con la víctima finalizase, impidió que ésta abandonase la vivienda, y llegó incluso a encerrarla con la llave cuando él se iba. Le quitó el teléfono móvil y le dijo en varias ocasiones, con ánimo de amedrentarla, que si rompía la relación le haría daño al hijo común.

La mujer permaneció en la vivienda desde el mismo 3 de agosto hasta el 14, día en que, aprovechando el descuido del hombre, logró escaparse. Llegó a la estación de Renfe de Carlet, desde donde llamó a su madre para que le recogiera. Momentos después llegó el acusado. Ese mismo día, en el domicilio común y en presencia del hijo menor, el procesado le dijo a la víctima que le iba a matar.

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