El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, consideró este martes que es "imprescindible" mantener la continuidad y ambición en las reformas económicas, porque la confianza de los mercados puede perderse con facilidad. Para el Banco de España el año 2011 seguirá siendo un año más de ajuste y, para el sector bancario, "será incluso uno de los años más duros".

Pidió ahondar en la reestructuración del sistema financiero, aunque aseguró que hubiese sido un error inyectar capital a las entidades españolas antes de reestructurarlas, porque así se habrían malgastado recursos públicos.

En su intervención en el XVIII Encuentro del sector financiero, el gobernador también reconoció que hay que ser "pacientes" porque es "pronto" para que la economía española pueda volver a una fase de "crecimiento vigoroso".

Abogó por no detenerse en las reformas e insistió en que en España persiste un marco que pone trabas a la creación de empleo y "bastaría" con que los empresarios pudieran ofrecer a los millones de parados "empleos con salarios acordes a su productividad".

De esta forma, los desempleados podrían tener la posibilidad de decidir sobre unas ofertas que hoy los empresarios españoles ni siquiera pueden plantearles por la rigidez normativa, explicó.

A juicio del gobernador, reducir el paro y aumentar el empleo no es sólo un objetivo social irrenunciable, sino que es un objetivo económico capital en esta coyuntura, en la que 2011 todavía será un año complicado y las previsiones apuntan a que la recuperación económica más intensa no llegará hasta la mitad de 2012.

Sobre las cajas, destacó que a cierre de 2010 habían reconocido una inversión potencialmente problemática en el crédito a construcción y promoción inmobiliaria que ascendía a 100.000 millones, un 46% de su inversión crediticia total.

El gobernador alabó también el esfuerzo realizado por las cajas y el resto del sistema financiero en los tres últimos años, que ha llevado a que se destinen unos 93.000 millones, el 9,5% del PIB, a sanear balances.

Sin embargo, lamentó que reformas como la de la gobernanza de las cajas y su sometimiento a la transparencia y disciplina del mercado no se hayan acometido antes, "en los buenos tiempos y no en medio de la crisis". En cualquier caso, elogió que "al final" se comprendiera que lo hecho en el sistema financiero no era suficiente y era necesario tomar medidas adicionales para acelerar la reestructuración.

Asimismo, destacó que las medidas de reestructuración han impedido la supervivencia en España de entidades "zombis" que sin su integración en las mejores, habrían acabado siendo inútiles en la provisión de créditos.